Muchos saben que el pastor que más me ha influenciado es Jeff. Nos conocimos en 1999 en Honduras. Sus sermones siempre me llegaron muy profundo. Nos hicimos amigos, nos graduamos del mismo seminario el mismo año (él con su doctorado), y hasta estuvimos atrapados en una casita en Florida por tres días esperando que pasara un huracán.
"Hoy llegamos a una de las metáforas bíblicas más comunes de la iglesia - la iglesia como el Cuerpo de Cristo. Obviamente ésta era la metáfora favorita de Pablo, o su favorita para conceptualizar lo que es la iglesia y cómo debería funcionar. Más que otra imagen, ésta nos muestra lo que es realmente la iglesia: Un organismo espiritual y físico vivo, creciente, animado cuyo propósito es ser una manifestación visible de la continuación del ministerio, poder de la presencia llena de gracia de Cristo en la tierra.
...
Ese es el propósito específico para Su 'cuerpo en la tierra. Que ella 'madure, alcanzando toda la medida de la llenura de Cristo.' Que ella como grupo refleje y represente en un grado más alto, la naturaleza, propósitos y amor de Cristo al mundo.
Y en ese sentido, debemos estar centrados en Cristo, enfocados en Cristo, saturados de Cristo y más notablemente, ¡ser como Cristo! Como nos dice el Nuevo Testamento, estamos llamados a 'creer en Cristo', 'pertenecer a Cristo', ser incluidos en Cristo', 'ganar a Cristo', 'seguir a Cristo', estar 'unidos a Cristo', 'vestidos con Cristo', y a ¡tener la 'mente de Cristo!'
Debemos 'hablar la verdad en Cristo', 'vivir de una manera digna de Cristo', 'ser el aroma de Cristo', 'refrescar los corazones de las personas en Cristo'. 'ser buenos ministros de Cristo', llenos con el 'amor de Cristo', y mostrar la 'compasión de Cristo.'
Los ojos de nuestra fe deben estar 'fijos en Cristo', nuestra actitud 'debe ser la misma de Cristo', y nuestra meta general en toda nuestra vida debe ser el de 'crecer en la gracia y el conocimiento de Cristo."
...
Escuchen: ¡Como su pueblo, estamos vestido con la justicia de Cristo, lavados por la sangre de Cristo, perdonados por la muerte de Cristo, justificados por la resurrección de Cristo, y poseídos por el Espíritu de Cristo quien nos ha lavado, adoptado, agraciado, justificado, dotado, santificado y sellado hasta el día de la redención!"
Me parece triste que siendo un cuerpo muchas veces vemos a otras iglesias como "la competencia" - ya sea por el número de miembros, el tipo de alabanza, el número de actividades, etc. También es triste pensar en que muchas veces la aparente solución a los problemas es dejar la iglesia. No quiero decir que uno no debe dejar jamás la congregación a la que asiste, sino que las razones deben ser justas. Porque no debemos olvidar que al final, somos el cuerpo de Cristo en la tierra ahora.
Probablemente todos, como el cuerpo de Cristo, debemos pedir perdón por el orgullo individual y colectivo que nos ha llevado a fraccionar tanto su sagrado Cuerpo. Oremos y actuemos para que Cuerpo.
GB