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junio 14, 2016

Adoptados


     Buen día, 

      ser hijos de Dios es un tema central en el evangelio.  Sin embargo, parece que con frecuencia no logramos entender la extensión de sus beneficios.  Robert A. Peterson aborda este tema en su libro Adopted by God (Adoptado por Dios). 

     La cita no es de Peterson, sino de una mujer llamada Lisa.  La razón es que el autor rompe la parte más teológica de su libro con testimonios de algunos amigos y miembros de su congregación.  Lisa nos hace reflexionar en un tema muy importante, la promesa de que nada puede arrebatarnos de la mano de Dios (Jn 10:28).  Es, confortante tener la seguridad del Padre que nos ha adoptado.  Espero que lo disfruten.

     "Para mí, la adopción es atractiva porque es la cura perfecta contra el legalismo.  Nunca entendí qué tan enredada me encontraba en el legalismo.  Era una fuerza tan sutil, pero al mismo tiempo, tan esclavizante en mi vida.  Me mantenía intentando ser suficientemente buena para Dios, pero me sentía desesperada por lo imposible que parecía esa tarea.  En el fondo, estaba preocupada de una cosa: en algún punto, haría algo terrible y como consecuencia, perdería mi salvación.  Aunque la iglesia en la que crecí enseñaba la seguridad de la salvación (que ésta no se pierde), con frecuencia me preguntaba si lo creía principalmente porque quería que fuera cierto.  La confusión venía porque, aunque las iglesias a las que asistí, decían que creían en la seguridad de la salvación, predicaban una lista de cosas que uno debía hacer para ser 'un buen cristiano.'  Sentía que, si fallabas en una de esas áreas, probablemente ni siquiera eras salvo.

     El estudio de la adopción a traído claridad a la confusión que tenía.  La adopción es un proceso legal que asegura la identidad del niño en una nueva familia.  Los padres adoptivos toman al niño a una corte de lo familiar un día específico, se firman los documentos, y desde ese momento el niño pertenece a esa familia.

     Como ayudante de maestro, con frecuencia trabajo con niños que se encuentran en un sistema de adopción temporal (foster home).  Estos niños legalmente todavía pertenecen a uno de sus padres, o al estado de Missouri, pero ellos viven con otra familia.  Por la naturaleza transitoria de una adopción temporal, muchos niños se sienten muy inseguros.  A ellos se les permite permanecer con la familia 'adoptiva' si su comportamiento es correcto.

     Dios no eligió ser un padre adoptivo temporal.  No seremos echados de la familia por nuestro comportamiento.  No tenemos que estar preocupados día a día si somos, o no, suficientemente buenos para ser parte de su familia.  Dios, en su bondad infinita, nos ha hecho parte permanente de su familia.  Podemos enfocar nuestra energía, no en tener un buen desempeño, sino en disfrutar la vida en familia.  Estudiar la adopción me ha ayudado a ver que cuando acepté a Cristo como mi redentor, llegué a ser un miembro permanente de su familia.  Nada puede deshacer le proceso legal que me une a Cristo.  Él murió para redimirme.  Él firmó los papeles de adopción, por decirlo de alguna forma, con su sangre.  Nada puede cancelar lo que él hizo por mí.  Soy libre del temor de fallar y ser expulsado.  ¡Aleluya!
pp 76-78

     La Biblia, y en especial Pablo, no tiene problemas para utilizar lenguaje legal, de aquella época, pero igualmente válido en la nuestra, para hablar de la relación que tenemos con Dios: él es el Padre y nosotros sus hijos e hijas.  Todos formamos ahora parte de su familia, permanentemente.




     Como padre, puedo entender cómo es posible seguir amando a mis hijos a pesar de lo que hagan.  Cierto, habrá cosas que hagan que me harán sentirme triste o enojado, pero no podré dejar de amarlos.  Cuánto más nuestro Padre celestial que es infinitamente mejor que cualquier padre terrenal.

     Esperando que la seguridad de ser parte de esta familia nos motive a amar profundamente a nuestro amoroso Padre.


Guillermo Bernáldez Flores