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marzo 07, 2012

La Opinión de un Ateo

       Saludos,


       después de un intervalo algo prolongado, aquí estoy de nuevo.  Por favor disculpen mi falta de comunicación.

       Esta semana la cita viene de un libro bastante interesante y provocativo.  Se llama Jim and Casper Go to Church (Jim y Casper van a la iglesia), escrito ni nada más ni nada menos que por Jim Henderson y Matt Casper.

       La historia es sencilla, Jim, un pastor retirado invita a Casper, un ateo, para que lo acompañe a una docena de iglesias distintas, de todos tipos, tradicionales, contemporáneas, vanguardistas, pequeñas, enormes, etc.  La idea es que Casper comparta sus impresiones desde su particular punto de vista.  Ya que él no creció en la iglesia desconoce mucho de la cultura (liturgia, lenguaje, etc.) que para los que asistimos es familiar.  Esto es, evidentemente importante si nuestro objetivo es alcanzar y comunicarnos con las personas que no conocen a Jesús.

        Es importante mencionar que las opiniones de Casper no deben ser tomadas como un absoluto, sino como una perspectiva particular, con la que algunos - si no es que muchos - comparten.  Por lo que sus aportaciones nos deben llevar a reflexionar acerca de lo que hacemos dentro y fuera de la iglesia, así como la forma en la que lo hacemos.

       La cita es de la conversación que sostienen Jim y Casper después de su visita a Imago Dei (Imagen de Dios) en Portland, Oregon y es una de las cosas que más impactaron de forma positiva a Casper.  En ella usan varias palabras que no Jim inventa y que no tienen una traducción oficial.  He intentado mantener la idea y espero haberlo logrado.  Que lo disfruten.

       "El vídeo mostraba a varios miembros de la iglesia... trabajando en la rehabilitación de un parque público que se había deteriorado.  Era un lugar en donde se vendían drogas y las familias tenían temor de llevar a sus hijos.  Pero este pequeño y dedicado grupo de la iglesia lo había transformado en lo que ellos llamaban un Lugar Sagrado.

       'Eso es excelente, Jim,'  dijo Casper mientras el vídeo llegaba a su fin.  'Ellos están saliendo y haciendo Lugares Sagrados, y no se trata de ir recitando muchos versos bíblicos, ni confrontando a las personas.  Se trata de marcar una diferencia de una forma tangible, visible y práctica.  Eso lo entiendo.'

       Este proyecto no había costado miles de dólares ni tampoco una gran campaña de relaciones públicas.  De acuerdo al vídeo, lo único que la iglesia habían hecho era donar su tiempo y su esfuerzo - y algunos cuántos artículos de limpieza - y como resultado, ellos habían transformado una monstruosidad en una obra maestra.

       Las familias regresaron masivamente.  Una mujer de la localidad dijo, 'Solía evitar ese parque aún cuando conducía mi auto.  Ahora puedo llevar a mis nietos ahí.'

       Después del vídeo, le dije a Casper que me había gustado la frescura y la otrariedad que se veía aquí en esta iglesia.

       '¿Qué quieres decir con otrariedad, Jim?  ¿Es otra de las palabras que inventas?'

       'Me atrapaste nuevamente.  Otrariedad es una palabra que uso para describir a las personas que son vistas en acciones que siguen los pasos de Jesús.  Ellos están enfocados en los otros, escuchando a otros y sirviendo a otros en formas simples y viables...'

       'Pero, ¿por qué es necesario ser un seguidor de Jesús para serlo?  Con frecuencia ayudo a personas de esa manera... y no soy un seguidor de Jesús.'

       'De acuerdo, Casper.  La otrariedad puede ser practicada por cualquiera que sea visto actuando como Jesús, sin importar su afiliación espiritual o no espiritual.  No es necesario que seas cristiano para practicarlo.  De hecho, muchos cristianos no lo practican en lo absoluto; algunos de ellos practican credonismo, o la adoración a las creencias correctas.'

       '¿Quieres decir que las creencias son malas o innecesarias?

       'No, en lo absoluto.  Las creencias son parte de la vida, pero cuando las hacemos la parte central de la identidad de nuestras vidas, nos pueden hacer crueles en el peor de los casos y cerrados a buenas ideas en el mejor de ellos.  Simplemente creo que los cristianos necesitan ser parte de los pequeños cambios.  Necesitamos más otrariedad y menos credonismo.  Eso es todo.'

       'Credonismo. Otrariedad.  ¿Crees que siempre es necesario utilizar palabras abstractas, Jim?  ¿Por qué no me dices de forma sencilla lo que quieres decir?'

       Le respondí. 'Bueno, ¡eso le quitaría todo lo divertido!  Hablando de nuevas palabras, ¿qué pensaste de la expresión Lugares Sagrados que usan en la iglesia?  A mí me pareció muy buena.

       'Esa es una frase nueva que pienso es genial.  Comunica el mensaje, aún si no es tan evidente. Es decir, cuando el pastor habló acerca del arduo trabajo al limpiar el parque y después dijo, 'Miren lo que pasa cuando el pueblo de Dios celebran el Reino de Dios', lo comprendí.  Aunque el lenguaje no era tan accesible como a mí me gusta, sus palabras me dijeron lo que querían decir.'

       'Y es de gran ayuda para que los demás lo vean, también.  Piénsalo: ¿A qué vas a responder?  ¿A alguien que te embarra una Biblia en la cara, o a alguien que te muestra su interés y compasión?'"
(93-95)

       ¿Qué es lo que más nos preocupa de la imagen de la iglesia a la que asistimos?  ¿La música, el tamaño, las actividades para los diferentes grupos, la ortodoxia, el tamaño de su estacionamiento, la cantidad de jóvenes en edad de matrimonio?  ¿Otra cosa?

       Sin duda Jim está en lo correcto, nuestras creencias son importantes - yo diría esenciales.  Sin embargo no pude evitar pensar en la carta de Santiago y en particular las siguientes palabras:

       "Supongamos que un hermano o una hermana no tienen con qué vestirse y carecen del alimento diario, y uno de ustedes les dice: Que les vaya bien; abríguense y coman hasta saciarse», pero no les da lo necesario para el cuerpo. ¿De qué servirá eso?  Así también la fe por sí sola, si no tiene obras, está muerta.  
       Sin embargo, alguien dirá: «Tú tienes fe, y yo tengo obras.» Pues bien, muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré la fe por mis obras.  ¿Tú crees que hay un solo Dios? ¡Magnífico! También los demonios lo creen, y tiemblan.  ¡Qué tonto eres! ¿Quieres convencerte de que la fe sin obras es estéril?" (Stg 2:15-20).


       Y esto no se limita sólo a los miembros de nuestra congregación, sino que debe ir más allá de ella.  Para que nuestro amor - o al menos el amor del que hablamos - sea tangible para los que no conocen a Dios.

       Que nuestras obras corroboren nuestras palabas y fe en nuestro Salvador.

       Guillermo Bernáldez