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marzo 10, 2014

Dolor y Dios

       Saludos nuevamente, 

después de un buen tiempo de silencio - una etapa muy agitada y ocupada en mi vida - retomo este espacio para compartir algunos pensamientos de autores que me han inspirado, desafiado, hecho pensar y motivado.  Espero que también tengan un efecto que rinda fruto en la vida de los lectore

s de este blog. 

        La cita de hoy es de un libro llamado "Hermanos, no somos profesionales" de John Piper.  Aunque el libro está dirigido a pastores, estoy convencido de que casi todo el material es pertinente para cualquier seguidor serio de Jesús.

       El capítulo habla de la inescapabilidad del dolor y las aflicciones; de cómo éstas son permitidas por Dios para nuestro propio bien y el de su iglesia.  Es un tema difícil ya que no nos gusta pensar en la idea del sufrimiento. Sin embargo, me parece un tema apropiado ya que muchas personas están atravesando por circunstancias dolorosas.  Espero que para ellas sea de consuelo y para los que no estén sufriendo ahora, que pueda ser de alivio en momentos de sufrimiento futuros.

       "Las aflicciones sufridas por la familia de Dios proceden del Padre celestial para nuestro bien.  Karolina Wilhemina Sandell-Berg escribió en 1865 el himno, 'Día a Día', con profundas palabras bíblicas de la soberanía de Dios sobre nuestras tribulaciones diarias.


Aquél, cuyo corazón es tierno más allá de toda medida
Lo que le parece mejor, nos da cada día -
Amoroso, es en parte dolor y alegría,
Mezclando dolor con placer y descanso.

(He whose heart is kind beyond all measure
Gives unto each day what He deems best -
Lovingly, it's part of pain and pleasure,
Mingling toil with peace and rest.)

       Esto lo deja ver la Biblia.  Job y Pablo tuvieron esto en común: cuando ellos fueron azotados por Satán, ellos sintieron la mano de Dios.  Al final, su sufrimiento venía del Señor, y ellos lo sabían. 

      El Señor le dijo a Satán 'Todas susposesiones [de Job] están en tus manos' (Job 1:2).  Pero cuando la calamidad golpeó, Job respondió 'El Señor ha dado; el Señor ha quitado.  ¡Bendito sea el nombre del Señor!' (Job 1:21).  El Señor dijo a Satán por segunda vez, '—Muy bien —dijo el Señor a Satanás—, Job está en tus manos. Eso sí, respeta su vida' (Job 2:6).  Pero cuando la horrible enfermedad vino a Job, y su esposa le dijo que maldijera a Dios, Job contestó '¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos?' (Job 2:10).  Y el escritor inspirado agrega 'En todo esto no pecó Job con sus labios.'

       Aún si algunas veces Satanás está involucrado como el causante más cercano de nuestras calamidades, no es un pecado ver a Dios como la causa más distante, y principal.  El plan de Satán es la destrucción de la fe (Job 2:5; 1Te 3:5), pero el plan de Dios es el de una cura profunda de nuestra alma...

       Como Job, Pablo reconoció su espina en el cuerpo como un 'mensajero de Satanás' (2 Co 12:7) pero diseñado por Dios para un propósito lleno de gracia: 'Para evitar que me volviera presumido'.

       Satanás no tiene toda la libertad en el mundo y mucho menos con la familia de Dios.  Por lo tanto, en nuestra lucha con el sufrimiento, nunca tendremos suficiente consuelo diciendo 'Es de Satán y no de Dios.'  El único consuelo genuino vendrá al reconocer que el Dios todopoderoso lo ha hecho, y que Él es suficientemente sabio y suficientemente amoroso para poder confiar en Él.  William Cowper, quien conoció la oscuridad de la depresión, así lo escribió en su himno, 'Dios se mueve en una forma misteriosa.'

No juzgues al Señor con un sentido débil,
Sino confía en Él por su gracia;
Detrás de una provisión con el entrecejo fruncido
Él esconde una cara sonriente.
Sus propósitos madurarán pronto,
Produciendo cada hora;
El capullo tiene un sabor amargo,
Pero la flor será dulce. 

       Dios nos ha explicado uno de los propósitos por los que un pastor [y cualquier seguidor de Jesús] debe sufrir.  Pablo nos dice en 2 Corintios 1:6: 'Si sufrimos, es para que ustedes tengan consuelo y salvación'...

       Cuando Pablo dice a los corintios que sus aflicciones son para su consuelo y salvación, Pablo dice implícitamente que existe un diseño y un propósito para sus sufrimientos. ¿Quién diseña?  ¿Propósito de quién? Pablo no diseña ni planea sus propios sufrimientos; Satanás seguramente no las diseña para consolar y salvar a la iglesia.  Por lo tanto, Pablo debe querer decir que Dios diseña y da propósito las aflicciones de sus pastores [y cualquier seguidor de Jesús] para el bien de la iglesia."
(138-140)

       Sin duda, a nadie le gusta experimentar momentos dolorosos y todos lo experimentaremos.  Pero podemos confiar; confiar en la soberanía, sabiduría y amor de nuestro Padre.  Él tiene propósitos muy claros para la vida de cada uno de sus hijos e hijas.  Esto no quiere decir que siempre sabremos o entenderemos cuál fue ese propósito - Job murió y nunca lo supo.  Pero nuestra esperanza es mayor y es completamente confiable.


       Si conocemos a alguien que está experimentando dolor o tristeza, acompañémoslo.  No seamos insensibles a su dolor.  Compartamos con amor y paciencia este conocimiento.  Todo para la gloria de Dios y para el perfeccionamiento de sus hijos e hijas.

        Que el amor y la gracia de Dios nos fortalezcan en momentos difíciles.


Guillermo Bernáldez