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abril 05, 2011

Búsqueda Errónea

Saludos en este hermoso día otoñal desde el sur,

C. S. Lewis es conocido por sus cuentos de ficción, en especial por Narnia. Lewis fue ateo por mucho tiempo, pero el Señor tenía planes para usarlo en la extensión de su reino. Después de su conversión escribió mucho acerca de su nueva experiencia de vida. Escribió de todo, desde el gran gozo que experimentó con su conversión y el gran dolor que sufrió con la muerte de su esposa.

La cita de hoy es de su libro
Mere Christianity (Mero Cristianismo). Es un libro muy accesible y es acerca de los asuntos centrales del cristianismo. Es un buen libro para ver qué es lo que nos une como cristianos y al mismo tiempo es un buen libro para los que no conoces o no quieren conocer del cristianismo. Este libro es, en realidad, tres pequeños libros que a su vez son los guiones de un programa de radio.

Lewis nos presenta aquí algo básico del cristianismo: el reconocimiento de nuestra incapacidad para llegar al Padre. Es raro hablar de esto en nuestra sociedad que en general se enfoca en sentirse bien. Nuestro espíritu humano se siente agrandado y cómodo. Jesús bendijo a los pobres en espíritu, pero nos cuesta reconocer esa pobreza y eso, nos dice Lewis, nos confunde y no podemos encontrar lo que buscamos porque no sabemos qué es lo que necesitamos. Espero que lo disfruten.

"... el cristianismo no tiene sentido si no se encaran hechos del tipo que he estado describiendo. El cristianismo le dice a las personas que se arrepientan y les promete perdón. Por lo tanto no tiene (hasta donde yo sé) que decirle a las personas que piensan que no han hecho nada de lo que se puedan arrepentir y que no necesitan ser perdonadas. Es hasta después de que te das cuenta que existe una Ley Moral real, y un Poder detrás de la ley, y que has traspasado la ley, y que tú mismo te has puesto en contra de ese Poder - es después de esto, y ni un momento antes, que el cristianismo comienza a hablar. Cuando sabes que estás enfermo, escuchas al doctor. Cuando te has dado cuenta que nuestra posición casi llega a la desesperación empezarás a entender de lo que hablan los cristianos. Ellos ofrecen una explicación de cómo hemos llegado a nuestro presente estado de odiar la bondad y amarla, al mismo tiempo. Ellos ofrecen una explicación de cómo Dios puede ser esta mente impersonal detrás de la Ley Moral y al mismo tiempo una Persona. Ellos te dicen de las demandas de esta ley, que ni tú ni yo podemos alcanzar, ya han sido alcanzadas para nosotros, cómo Dios mismo se vuelve hombre para salvar al hombre de esta situación que Dios reprueba. Es una historia antigua... Todo lo que estoy haciendo es pedirle a las personas que enfrenten estos hechos - para entender las preguntas que el cristianismo dice que contesta. Y son hechos muy terribles. Desearía que fuera posible decir algo más placentero. Pero debo decir lo que creo que es verdad. Claro que, creo que la religión cristiana es, a la larga, algo de consuelo indescriptible. Pero no comienza con el consuelo; comienza con el desaliento que he estado describiendo, y no tiene sentido que nos esforcemos para entrar en ese consuelo sin antes haber pasado por el desaliento. En la religión, como en la guerra y en todo lo demás, el consuelo es algo que no puedes encontrar buscándolo. Si buscas verdad, puedes encontrar consuelo al final: si buscas consuelo no vas a encontrar ni consuelo ni verdad - para comenzar sólo son lisonjas y buenos pensamientos y, al final desesperación....
(37-38)


Lewis tiene razón. Nuestra búsqueda no está dando resultados porque buscamos nuestro propio bien. Las respuestas que el mundo nos da son pasajeras y al final quedamos tan vacíos como estábamos al principio. No olvidemos que Jesús es la verdad que debemos buscar. Pero no sólo es la verdad, sino también el camino y la vida.

Que Dios nos dé sabiduría para buscar la verdad y no sólo consuelo y alivio temporal. Aceptar nuestras necesidades no solo es un gran paso, es el primero en una búsqueda con promesa de vida eterna.

Guillermo Bernáldez