Visitas

free counters

marzo 22, 2017

Caminando a nuestro hogar

     Saludos, 

     Rob Lilwall se convirtió en uno de mis autores favoritos, porque además de ser cristiano, escribe de sus viajes de aventura; el primero, Pedaleando a casa desde Siberia (del cual ya escribí una cita), que antes estaba en Inglaterra, y el de hoy, Walking Home from Mongolia (Caminando a casa desde Mongolia).  Aquí es apropiado mencionar que, Home, también puede traducirse como hogar, del cual hablará al final de esta cita.
     
     Rob, camina alrededor de 5,000 kms con su amigo
Leon McCarron, atravesando el desierto de Gobi en China durante el invierno, acampando y caminando con temperaturas de 20°C bajo cero. Terminan en Hong Kong, que ahora es hogar de Rob y Christine, en medio de un clima tropical húmedo. Rob y Leon hacen este extraordinario viaje, acampando, quedándose en casas de personas que encuentran en el camino, hoteles, etc.  Christine, esposa de Rob, y a quien conoció en si viaje en bicicleta, coordina la logística desde casa, pero la distancia es un factor que dificulta las cosas.


   El libro está dirigido a todo el público, es decir, no es para un público cristiano, por lo que su lenguaje no está saturado de "jerga" cristiana, pero el final refleja que su forma de vida es la de una persona que ha nacido de nuevo.  Espero que lo disfruten. 

     De vuelta a mi vida sedentaria, comencé a trabajar
nuevamente para Viva y a escribir este libro.  Iba a correr a los cerros de Hong Kong para mantenerme en forma.  El metatarso de mi pie derecho continuó doliéndome, especialmente cuando olvidaba estirar mis pantorrillas.  Quizá en realidad caminé a través de China con un pie fracturado, aunque sospecho que, para ahora, ha sanado lo suficiente para no ser captado por los rayos-X. 

Añadir leyenda
     También me he preguntado si tengo voy a hacer otra gran expedición.  Es una pregunta que me hacen con frecuencia.  '¿Qué sigue?'  ¿Me volveré a alejar de mi hogar y embarcaré en un viaje para tratar de volver nuevamente [a casa]?  Después de su caminata por Arabia, Leon [su compañero de viaje] me envió un correo-e con una nueva idea - un récord mundial que quiere romper, nada más.  Hemos acordado una fecha para el próximo mes para discutirlo.

   Después, al otro día, mientras escribía, pensé que escuché
un susurro suave: 'Rob, tengo suficientes aventuras para ti aquí, Rob.'  De hecho, hay aventuras aquí. La aventura de trabajar para una organización caritativa en la cual creo apasionadamente, y en la que tengo el privilegio de participar.  La aventura de profundizar mi amistad y mi matrimonio con Christine. 

     Algunas veces, en la caminata, me preguntaba si el poema de Tennyson que Leon y yo tratamos de memorizar - acerca de Ulises, quien pasó tanto tiempo en su odisea, tratando de volver a su hogar en Ítaca.  Conocía la teoría de Joseph Cambell acerca del viaje del héroe: que, en muchas de las grandes historias universales, el protagonista renuente se encuentra alejado de su hogar y tiene que atravesar toda clase de problemas para volver a casa.  Como Dorothy, tratando de volver de Oz, Frodo y Sam queriendo volver a la Comarca, Luke Skywalker tratando de descubrir su destino.

       Todo esto me ha hecho pensar qué es lo que 'hogar' realmente significa.  Para mucha gente 'hogar' es el lugar en donde crecen, una vez pregunté lo que pensaban a un grupo de adolescentes, uno de ellos dijo, 'Es donde están mis cosas.'  Durante la caminata, tuve muchos hogares temporales: en planicies desérticas, en ludians, como huésped en casas de otras personas.  Y, por supuesto, para mí, siempre estaba el objetivo final de mi departamento - el lugar donde vivía.  Pero, ¿es eso realmente mi hogar?


     Recientemente, escuche a un grupo de personas sabias debatiendo cómo se veía el 'florecimiento humano'.  Una de las conclusiones fue que el florecimiento humano es lo que pasa cuando sabemos que somos amados incondicionalmente.  Me parece que, ese lugar en donde somos incondicionalmente amados, y como consecuencia, podemos florecer, es el hogar.  He sido bendecido de haber crecido en un hogar así.

     Pertenezco a una fe, en la que el centro está la
afirmación de que soy completamente amado y esto me llama a vivir valientemente como un peregrino.  En este peregrinar de la vida habrá ocasiones en las que caigo.  Pero, en lugar de rendirme o amargarme, debo levantarme y seguir caminando y rechazar la idea de que la vida se trata únicamente de ganar.  En lugar de eso, debo mantener un corazón suave que, a pesar de las pruebas y tribulaciones, esté dispuesto a amar.


     He sido bendecido al haber encontrado a Christine, alguien que está comprometida a amarme.  Juntos somos peregrinos.  Aun así, todo el tiempo, cuando estoy con ella, estoy en mi hogar.

Fuente de misericordia, llama a quien huye de ti.
Acerca a quien intenta escapar.
Levanta a quien ha caído.
Apoya a quien está de pié. 
Guía al que está peregrinando.
                                 Tomás de Aquino
pp. 187-189

     Rob tiene razón, al final de cuentas somos peregrinos que caminamos a nuestro verdadero hogar, con nuestro Padre celestial que nos ama incondicionalmente.



     Algunos de nosotros también hemos formado hogares en esta tierra y, aunque no son permanentes, también somos responsables de que sean un reflejo - imperfecto, sí, pero honesto - de nuestro glorioso hogar celestial.  Peregrinemos alegre y valientemente, mostrando amor, valor, aceptación; peregrinemos y llevemos el fruto del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza (Ga 5:22-23).

Peregrinando

Guillermo Bernáldez Flores

marzo 07, 2017

La iglesia depende de Dios


     Buen día,


Ya que tenemos poco tiempo trabajando con una pequeña congregación, es fácil comenzar a soñar en lo que Dios puede hacer; también es fácil dar énfasis a las capacidades de las personas y los proyectos que podrían servir para fortalecer a los miembros y atraer otros.  David Platt nos plantea la necesidad de tener cuidado de no tomar todo en nuestras manos, por más experiencia que tengamos, sino de nuestra gran necesidad de depender de nuestro Padre.  

     Su libro Radical, es un vehemente llamado a reconsiderar la centralidad de Dios en nuestras vidas y en su iglesia.  Obviamente, debemos agradecer a Dios por los dones y capacidades que Dios da a los miembros de las iglesias,  pero debemos tener cuidado de no hacer de estas personas la base de nuestras iglesias y congregaciones, sino de estar cimentados en Jesús, la Roca.  

     Platt acierta al no negar la necesidad de planear y otras actividades similares.  No se trata de hacer las cosas sin pensar, sino de entender que somos instrumentos en las manos de Dios y, por lo tanto, debemos orar como si no pudiéramos planear y planear como si no fuera posible orar.  Espero que sea constructivo. 


   Si no tenemos cuidado, podemos pasar esta promesa [Platt se refiere a la promesa de Jesús de contestar nuestras oraciones que se encuentra en Juan 14:12-17] y perdernos el poder de la presencia de Dios.  Rodeados por la autosuficiencia de ... la cultura, podemos convencernos de que tenemos lo que se necesita para llegar a ser algo grande.  Nuestras iglesias pueden imitar nuestra cultura, planear y programar, organizar y hacer estrategias, crear e innovar - todo esto en un esfuerzo para mostrar que somos capaces de lograrlo todo con nuestras propias habilidades.  Como dijo Adams, podemos "alcanzar la máxima estatura de la que somos capaces de forma innata y ser reconocidos por los demás por quiénes somos."  Pero hay otro camino.

     Es el camino de Cristo.  En lugar de afirmarnos a nosotros mismos, tomamos la cruz.  en lugar de imaginar todas las cosas que podemos alcanzar, pedimos a Dios que haga lo que sólo él puede hacer [y que es mucho más y mejor que lo que el más capaz ser humano puede lograr].  Sí, trabajamos, planeamos, organizamos y creamos, pero hacemos todo esto al tiempo que ayunamos, mientras oramos, y mientras confesamos constantemente nuestra necesidad de la provisión de Dios.  En lugar de depender de nosotros mismos, expresamos una desesperación radical por el poder de su Espíritu, y confiamos que Jesús está listo para darnos todo lo que le pidamos para que podamos exaltar a nuestro Padre en el mundo. 

     Piénsalo.  ¿Dirías que tu vida muestra una desesperación por el Espíritu de Dios en este momento?  ¿Dirías que la iglesia a la que asistes se caracteriza por este tipo de desesperación? 

     ¿Por qué nos gustaría conformarnos con una cristiandad de acuerdo a nuestras habilidades o conformarnos con una iglesia de acuerdo a nuestros propios recursos?  El poder de aquél que levantó a Jesús de entre los muertos vive en nosotros y, uno de los resultados es que no tenemos necesidad de andar reuniendo nuestro propio poderío.  Nuestra gran necesidad es la de caer día y noche delante del Padre Todopoderoso suplicando que muestre su poder radical en y a través de nosotros, que nos capacite para lograr lo que nunca hubiéramos imaginado, para su gloria.  Cuando hagamos esto,  descubriremos que fuimos creados para un propósito mucho muy superior que nosotros mismos, el tipo de propósito que sólo puede ser alcanzado en el poder de su Espíritu.
pp. 59-60

     La oración es una actividad que, para la mayoría de las personas, fácilmente es dejada de lado en nuestras agendas para dar espacio a otras actividades que consideramos "más productivas."  Esto es una señal de que hemos comenzado a confiar más en nuestras propias capacidades que en dador de ellas.



     La oración es una disciplina y, como toda disciplina, es necesario dedicarle tiempo.  Es, además, nuestra conexión directa con Dios; nuestro Padre todopoderoso y soberano que nos ama y merece toda la honra, la gloria y poder, y por eso nos llama para que compartamos la esperanza eterna que hay en su palabra.

     Orando por la iglesia

Guillermo Bernáldez Flores