esta mañana les presento un fragmento del libro titulado, Jonathan Edwards, America's Genious (Jonathan Edwards, genio de América). Es un libro biográfico bastante dinámico y entretenido, que fue escrito por Christian Timothy George. La historia que quiero compartir cubre todo un capítulo, así que, para hacerlo accesible, la edité (lo mejor que pude) y aquí está; las partes en azul son el texto original.
Jonathan Edwards fue un teólogo y pastor puritano estadounidense de principios del siglo XVIII. Trabajó con los nativos estadounidenses como misionero y con quienes cultivó una gran amistad. Fue uno de los pastores con más influencia en movimiento conocido como el gran avivamiento de su país. En 1758 fue nombrado presidente de la, ahora, Universidad de Princeton. Falleció poco tiempo después, tras haber sido inoculado contra la viruela.
Espero que disfruten de este episodio de su vida que ocurrió cuando él era estudiante. Espero que lo disfruten.
La historia comienza en el comedor de la universidad. Los estudiantes comienzan a jugar lanzándose la comida. Cuando entró el director, una pierna de pavo le pegó en la cara. Él preguntó, quién la había lanzado. Jonathan sabía que había sido Elisha, su compañero de habitación, y le dijo al director. Elisha amenazó a Jonathan, "Vas a pagar por esto, Jonathan."
El día siguiente, Elisha le preguntó, "¿Por qué me acusaste?" Jonathan le contestó "Porque tú lo hiciste." Elisha estaba furioso y le dijo, "Pensé que eras mi amigo." Jonathan le explicó que sí era su amigo, pero que los amigos tienen que tomar las decisiones correctas.
Momentos después, Elisha dijo, "Me gustaría que vinieras con nosotros esta noche. Te prometo que no jugaremos cartas ni quebraremos ventanas. Hay alguien que quiero que conozcas. Se llama Percival y creo que deberías explicarle cómo volverse cristiano." Elisha le explicó que vivía como a una hora a pie y que estaba interesado en conocer de Dios. Jonathan dijo, "Tengo mucho que hacer esta noche, estoy escribiendo un tratado..., pero si en realidad está interesado en conocer a Jesús, iré contigo esta noche."
Jonathan escribió en su diario, "Voy a conocer a un joven llamado Percival esta noche. Que Dios, que prepara los corazones para Él mismo cultive el alma de Percival para que reciba al Salvador."
Salieron a escondidas de la universidad, arriesgándose a ser expulsados. Eran seis jóvenes en total. Sus amigos se sorprendieron cuando vieron que llevaba una Biblia. Elisha les recordó que Jonathan iba a presentar el evangelio a Percival y tomaron un atajo por el denso bosque. Cuando llegaron, Jonathan estaba listo para compartir el evangelio. Pero se dirigieron a la parte trasera de la casa; le dijeron que era para que pudieran hablar sin perturbar a la familia. Pasaron por el gallinero y por el establo. Elisha lo llevó a un chiquero en donde, señalando a un puerco, dijo, "Jonathan, te presento a Percival. No es bueno escuchando, pero puedes intentar convencerlo." Todos se echaron a reír, por lo que el dueño salió. Uno de los chicos rompió una ventana con una piedra, otro robó una gallina y otro, varios tomates mientras salían corriendo.
"¿Cómo pudiste hacerme esto?" Preguntó Jonathan. "Te dije que me las ibas a pagar." respondió Elisha. Corrieron hacia el bosque bajo una tormenta que apenas les permitía ver. Se arrepintió de haber ido y oraba para regresar sanos y salvos. Se preguntaba qué pasaría si alguien se enteraba. Elisha le gritó y le dijo que no se preocupara, que nunca siempre salían y nunca los habían atrapado. En eso, Elisha cayó. "¡Ayúdenme!" Gritaba mientras sus amigos seguían corriendo. "'¡Alguien, por ayúdeme!' Sus amigos siguieron corriendo pretendiendo no haber oído. Jonathan oyó y volvió para ayudar a su amigo. 'No puedo seguir. Creo que mi tobillo está roto.' dijo Elisha. Jonathan lo examinó y vio que sólo estaba torcido y comenzaba a hincharse. Jonathan gritó para que sus amigos volvieran para ayudar, pero ya estaban muy lejos.
'Voy a tener que llevarte.' dijo Jonathan. Elisha sacudió la cabeza y dijo, '¡No! No después de lo que te he hecho. Sólo déjame aquí.' Llovía tan fuerte que Jonathan apenas podía escuchar. Pero colocó el brazo de Elisha sobre su hombro y lo levantó. 'Vienes conmigo.' dijo Jonathan y juntos caminaron por el bosque... Elisha estaba pesado, pero Jonathan estaba determinado a llevarlo a salvo a casa.
Mientras caminaban, Jonathan sintió paz. Ya no estaba enojado con Elisha por haberle jugado una broma... Sintió que lo rodeaba el amor de Dios; que Dios lo estaba cuidando, protegiéndolos del peligro. Muy dentro de sí, supo que Jesús lo había puesto en la tierra para ayudar a la gente a encontrar el camino a su hogar celestial... Jonathan y Elisha se escabulleron detrás de la biblioteca... y caminaron por el pasto mojado hasta su dormitorio. Sus amigos habían desaparecido hacía mucho. Jonathan trastabilló hasta su dormitorio, sin aliento, pero protegido del aguacero.
"¿Por qué me ayudaste?" preguntó Elisha al tiempo que se quitaba el zapato para ver su tobillo. Jonathan no contestó. Fue a su habitación y tomó un libro... de medicina y volvió con Elisha... Después de leer un poco, Jonathan envolvió el tobillo en una toalla y lo elevó... Elisha estaba agradecido. 'Pero no contestaste a mi pregunta. ¿Por qué me ayudaste?' 'Te ayudé porque eso es lo que hubiera hecho Jesús, de hecho, es lo que ha hecho. Cristo vino a la tierra y caminó junto a nosotros, agonizó junto con nosotros y, en última instancia, nos sanó de nuestros pecados. Si Jesús se inclinó y lavó los pies sucios de sus discípulos, como dice la Biblia, entonces ¿cómo no te ayudaría a ti?
Elisha pensó en la lógica de Jonathan. 'Tiene sentido. Siempre tiene sentido lo que dices.' dijo. 'Por favor, perdóname por engañarte. Sabía que, si te mentía acerca de Percival, vendrías con nosotros. Resulta que era yo quien necesitaba escuchar acerca de Dios, no el cerdo. Además, me mostraste a Jesús de una manera en la que nadie lo había hecho.' Jonathan respondió, 'Te perdono y, por cierto, Percival es un buen nombre para un puerco.' Los dos rieron y más tarde, cuando Elisha dormía, Jonathan escribió en su diario, 'Dios, gracias por enseñarme a perdonar a Elisha no sólo de labios, sino con acciones. Gracias por enviar a Jesús para que sufriera con nosotros, que caminara junto a nosotros y muriera por nosotros en la cruz. Seguiré alabándote todos los días porque tú eres altamente exaltado; tu gloria se ha vuelto el objetivo de mis ojos y por siempre adoraré tu nombre.'
Cerrando los ojos, Jonathan repitió una oración puritana que su madre le había enseñado, 'Señor, si te llevas esta noche mi alma, permíteme despertar en el cielo. Amén.'"
Jonathan Edwards ha sido de inspiración para muchas personas. Su visión, pasión, conocimiento de Dios y su fidelidad a su llamado, entre otras cualidades, lo hacen referente y ejemplo en el cristianismo.
Me parece un desafío poder aprender a ver cómo Dios utiliza todas las circunstancias de la vida, especialmente aquellas que son difíciles y dolorosos, para llevar a cabo sus planes para que todos escuchen el mensaje de esperanza que hay en Jesús.
En el amor perfecto de nuestro Padre y Señor,
Guillermo Bernáldez F.
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