como pastor, trato de leer libros que desafíen mi estado espiritual porque sé que es muy fácil involucrarme en cuestiones administrativas y descuidar así, las personas que Dios trae a la iglesia. Eugene Peterson ha sido uno de mis autores favoritos en esta área y su libro Working the Angles: The Shape of Pastoral Integrity (Trabajando los ángulos: el modelo de integridad pastoral) ha cumplido con las expectativas.
Peterson entiende el ministerio pastoral como un triángulo en el que los lados es la parte visible: predicación, enseñanza y administración. Hay también tres ángulos que son aquellas actividades que no se ven, pero son esenciales: oración, las Escrituras y guía espiritual. La mayoría de los pastores tendemos a preocuparnos por lo visible (pues queremos que nuestras iglesias y congregaciones sepan que trabajamos) y como consecuencia, descuidamos aquello que no se ve. Peterson dice que esto es un grave error, pues lo que se ve, debe estar bien cimentado en lo que no se ve.
Imagino que algunos se preguntarán por qué escribo esto que está enfocado en los pastores. La razón es que si uno no es pastor, creo que debe tener expectativas realistas y bíblicas del trabajo de su pastor y, además, creo que, pueden aplicarlas a sus propias vidas.
La cita de hoy está centrada en la lectura de las Escrituras. Esta sección está precedida por tres condiciones que han contribuido a que la palabra hablada sea remplazada por la palabra escrita: 1) la invención de la imprenta con tipos móviles. Antes, la gente iba a la iglesia o a la sinagoga y escuchaba la Palabra de Dios. 2) La educación que enseña a las personas a ver los libros como contenedores de información, al tiempo que el lector se distancia del autor. 3) La influencia de una sociedad consumidora que espera que los pastores satisfagan sus necesidades y expectativas - como consumidor, más que como un pecador que necesita ser redimido.
Espero que la lectura de hoy nos ayude, en primer lugar, a poner en una perspectiva correcta la Biblia y, en segundo lugar, que mis expectativas del pastorado estén basadas en la principios bíblicos más que en mis propios deseos consumistas. Disfruten.
Si mi identidad social primaria es como un consumidor, el resultado es que mi expectativa primaria de las personas que encuentro sea obtener algo de ellas y estar preparado para pagarlo. Compro mercancía de la tienda de departamental, salud de un médico, poder legal de un abogado. ¿No es lógico que, en este tipo de sociedad, las personas que se congregan en mi iglesia tengan expectativas comercializadas de mí? Ninguna profesión honorable ha escapado a la comercialización, así que, ¿por qué lo haría el pastorado? Esto ha generado la terrible práctica por parte de los de manipular a los congregantes bajo los mismos principios que los gerentes utilizan en los supermercados.
La pregunta, ¿qué espera la gente de mí, su pastor? opera de forma subliminal, dando forma a mi comportamiento. Ellos esperan algo que seguramente me ayude a mejorar mi vida: ánimo, perspectiva, consuelo, fórmulas para sortear el mundo complicado que los levante (...). Por supuesto, nosotros, estamos condicionados a llenar esas expectativas. ¿Por qué no complacer a las personas que pagan nuestro salario si podemos hacerlo con una consciencia limpia?... No hay nada en nuestras vidas que no esté conectado con la comercialización, de una forma o de otra.
La expectativa cultural es el modo adquisitivo y es tan gratificante en la congregación que sin fallar afecta nuestro acercamiento a las Escrituras. Cuando nos sentamos a leer las Escrituras, ya tenemos un producto final en mente: queremos encontrar algo útil para la vida de las personas, llenar sus expectativas de nosotros como pastores que llevan los productos a domicilio. Si alguien me dice, 'No obtuve nada de mi lectura de las Escrituras,' mi respuesta-reflejo es, 'Te voy a enseñar a leer para que le saques jugo.' Las palabras clave son 'sacar jugo.' Te voy a ayudar a ser mejor consumidor. En este punto, el proceso es tan avanzado que es casi irreversible. Los miembros de mi iglesia y yo hemos acordado en tratar la Biblia como algo útil por lo que podemos utilizar de ella. Yo, como pastor, moldeado por sus expectativas, les ayudo a hacerlo. EN algún punto, cruzo la linea y yo mismo lo hago - busco un texto llamativo para el sermón, busco un texto que sea psicológicamente adecuado para ser leído en un cuarto de hospital, busco evidencia de la realidad de la Trinidad. El verbo buscar ha conquistado. Ya no escucho una voz, no escucho a Dios a quien le responderé en obediencia y fe, llegando a ser la persona que él me está llamando a ser...
pp. 97-99
El llamado de Dios es algo trascendente en la vida de cada persona. Por eso, debemos estar atentos para escuchar y distinguir su voz. La lectura adecuada de la Biblia, entendiendo que Dios mismo está revelando su voluntad en ella, es vital.
Permitir que la vida de la iglesia sea delineada por principios y tendencias en el entretenimiento, psicología, mercadotecnia, etc., es desviarse de lo que Dios quiere para volverse un "negocio" más. Quizá parezca exitoso a los ojos de las personas, pero esta realidad no es necesariamente la misma para Dios. Como cristianos - pastores o congregantes - debemos buscar dedicar tiempo a la oración, las Escrituras y la guía espiritual.
Que Dios nos permita dar prioridad a sus expectativas y no a las de una sociedad consumista.
Guillermo Bernáldez Flores
No hay comentarios.:
Publicar un comentario