Buen día, La cita de esta semana no es de un libro, sino del blog de James Emery White. White es pastor, profesor, autor de varios libros y fundador de Church&Culture (Iglesia y Cultura) que se dedica a estudiar la cultura contemporánea para capacitar a los seguidores de Jesús para que podamos impactar esta cultura.
Si bien, el autor vive y escribe desde y para Estados Unidos, me parece que este artículo es también pertinente para muchos de nosotros que vivimos fuera de sus fronteras. El tema central del artículo es resaltar la diferencia entre la tendencia cultural de hacer de uno mismo el centro de todo contra las enseñanzas de Jesús de negarse a uno mismo para favorecer a otros.
Como nota introductoria quiero apuntar que ya que el artículo está originalmente en inglés, las marcas y nombres que cita White pueden no ser tan evidentes para quienes no hablamos inglés como nuestra lengua principal. Pero todas las marcas y nombres que menciona resaltan el "YO" del usuario - de cada uno de nosotros. Sin embargo me parece que no es un impedimento para entender el tema central, que espero disfruten.
"Los nombres lo dicen todo: YouTube (TuTele). MySpace (MiEspacio). Y, por supuesto, las 'i" (Yo) - iPod (yoCapullo), iTunes, (yoMúsica), iPhone (yoTeléfono) y iPad (yoCarpeta). Si hay un tema en actual, éste es 'yo soy el centro de todo.' Tomo Wolfe había ya etiquetado la década de 1970 como la 'Década del Yo.' En su libro Generation Me (Generación Yo), Jean M. Twenge escribe que, comparada con la generación de hoy, 'ellos posaban'.
Esto es conocido como narcisismo.
En la mitología griega, Narciso es el personaje que, al pasar por su propio reflejo en el agua, se enamora tanto de sí mismo que el resto de su vida se dedica a su propia imagen. Es de aquí donde nace el término 'narcisismo,' la preocupación por uno mismo.
El valor del narcisismo es la mentalidad clásica 'primero yo, luego yo, y al último yo' que coloca el placer personal y la realización personal al frente de todas las preocupaciones. El historiador Christopher Lasch llegó a decir que la nuestra es 'la cultura del narcisismo,' argumentando que ésta es la nueva religión - una religión donde no queremos una religión en sí, sino terapia personal.
Y esto es solo el espíritu que ha invadido nuestra mente, aun la de aquéllos que dicen seguir a Cristo.
Escuchemos, por un momento, nuestra retórica:
'Quiero ir a donde me den alimento' - no donde podemos aprender a alimentarnos a nosotros mismos, y mucho menos a donde podemos alimentar a otros.
Necesito ser ministrado', como si el ministerio en la vida de los que siguen a Cristo es algo que nos pasa, en lugar de algo que hacemos que pase a otros a través de nosotros.
Salimos del servicio de adoración y decimos, 'No recibí nada,' como si ése fuera su propósito - nuestra edificación, en lugar de la de Dios.
Y todo esto de la gente cuyo salvador dijo,
'No vine a ser servido, sino a servir, y para dar mi vida en rescate por muchos.'
'Quien quiera ser primero debe ser el último.'
'Quien quiera se grande entre ustedes, debe ser siervo de todos.'
'No mi voluntad, sino la tuya.'"
No se piense que la idea es sugerir que los productos que se mencionan son malos en sí mismos. ¡No! La idea es hacer notar que - en mayor o menor grado - todos somos egocéntricos. Nos gusta decir que somos personas Cristo-céntricas y que las congregaciones de las que somos parte, también lo son. La verdad es muy difícil sacarnos a nosotros mismos del centro para dejarlo a alguien más. Este "alguien" es Jesús para los cristianos y cristianas. Sólo de esta manera podremos en realidad decir que Cristo es el centro de nuestras vidas cuyo fruto será visible por nuestro amor y servicio a los demás.
Guillermo Bernáldez
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