Buen día.
Es casi inevitable detenerse al final del año y hacer una evaluación de lo que ha pasado y lo que hemos hecho o que dejamos de hacer. No es extraño que reconozcamos que algo no salió como lo planeamos, o que tomamos una mala decisión y pensamos en "si hubiera hecho esto o aquello."
A veces las circunstancias parecen habernos jugado una mala treta y dudamos de los planes de Dios, o de su bondad, o de su poder. Pablo nos dice que todas las cosas son para nuestro bien si amamos a Dios (Rom 8:28). Y es que como humanos nos cuesta trabajo digerir las cosas que no nos son placenteras, y mucho menos aquellas que nos son totalmente desagradables. Job es enfático y reconoce que tanto lo que nos agrada como lo que nos desagrada viene de Dios (Job 2:10).
Dietrich Bonhoeffer supo lo que esto significaba y lo aplicó a su vida. En los siguientes extractos de algunas cartas que escribió desde Tegel - la prisión en la que vivió los últimos años de su vida - encerrado en su celda durante los bombardeos, en ocasiones sufriendo enfermedades, con la esperanza de ser liberado para poder casarse con su prometida, sabiendo de amigos que habían perdido la vida bajo el gobierno nazi, con sus padres ancianos, etc.
De Letters & Papers from Prison [Cartas y Documentos desde la Prisión] - que escribió y recibió Dietrich Bonhoeffer los últimos años de su vida y donde fuera ejecutado poco tiempo antes de que la Segunda Guerra Mundial terminara - algunos extractos de sus cartas. Que lo disfruten y encuentren aliento.
Diciembre 22, 1943
para Eberhard Bethge
para Eberhard Bethge
"Quiero comunicarte que.... mi actitud hacia mi caso es incuestionablemente una de fe... No me preocupa mucho la cándida pregunta de si estaré en casa para la Navidad o no; creo que yo podría renunciar a ella voluntariamente, si lo pudiera hacer 'en fe', sabiendo que era inevitable. Puedo (Espero) poder soportar todas las cosas 'en fe', aún mi propia condena, y hasta otras consecuencias que temo (Sal 18:29); pero estar dando la cara al futuro con ansia es agotador. No te preocupes por mí si algo peor me acontece. Otros hermanos ya lo han experimentado. Pero la vacilación sin fe, la deliberación infinita sin acción, el rechazo al riesgo - ése es el verdadero peligro. Debo ser capaz de saber con certeza que estoy en las manos de Dios, no en las de los hombres. Así todo se vuelve fácil, hasta las privaciones más severas. Ahora, no se trata (creo que puedo decir esto con toda honestidad) de que yo sea 'considerablemente impaciente', como es probable que la gente diga, sino la de enfrentar todo con fe. También creo que María [su prometida], también siente de la misma manera. Si piensas en mí en los próximos días y semanas, por favor piensa en mí de esa forma (Sal 60:12). Y si tienes algo que decirme al respecto, sé amable y escríbeme. No quiero pasar por esta prueba sin fe.
... Debemos aprender a actuar de forma diferente de aquellos que siempre están dudando, cuyas fallas conocemos en contextos más amplios. Debemos ser claros acerca de lo que queremos, debemos preguntarnos si estamos dispuestos a ello, y después debemos hacerlo con una confianza inquebrantable. Entonces, y solo entonces, podremos sobrellevar las consecuencias.
Ahora, quiero asegurarte que no me he arrepentido, ni por un momento, de haber vuelto en 1939 [en julio de ese año, Deitrich Bonhoeffer volvió de los Estados Unidos a Alemania, poco antes de que comenzara la Segunda Guerra Mundial] - ni tampoco por alguna des sus consecuencias. Sabía bien lo que estaba haciendo, y actué con la consciencia tranquila. No deseo quitar nada de mi vida que haya pasado desde entonces, ya sea personal (¿me hubiera comprometido de otra forma? ¿te hubieras casado? ... mi enfermedad y toda la ayuda que me brindaste entonces...), o de cualquier otro topo de eventos en general... No miro al pasado y acepto el presente reprochando, y no quiero que las opiniones de otras personas me hagan flaquear. Todo lo que hacemos es vivir en confianza y fe..." (173-175)
Bonhoeffer no se sentía víctima ni esperaba que la gente se compadeciera de él.
Marzo 9, 1944
para Eberhard Bethge
"... Rechazo la idea de la gente cuando sugiere en sus cartas ... que estoy 'sufriendo acá'. Me parece una profanación. Estas cosas no deben ser dramatizadas. Dudo mucho de estar sufriendo más que tú, o de lo que la mayoría de las personas sufre hoy... No, el sufrimiento debe ser algo muy diferente, y debe tener una dimensión totalmente diferente de lo que yo he experimentado hasta hoy." (231-232)
Su perspectiva no se limitaba a esta vida. Si bien estaba completamente comprometido a vivir una vida plena, a pesar de las adversidades. Entendió que cada minuto, cada experiencia, está en las manos de nuestro Dios todopoderoso y todo amor.
Abril 10, 1944
para Ruth von Wedemeyer
"... bien preparado para lo último, para la eternidad, y aún así totalmente presentes para el trabajo, las bellezas y los problemas de esta tierra. Sólo de esa manera podemos estar completamente contentos y completamente en paz juntos. Queremos recibir lo que Dios nos dé con los brazos abiertos y extendidos, y deleitarnos de todo corazón, y con un corazón silencioso sacrificaremos lo que Dios aún no nos otorga o nos quita..." (247)
Por eso es que ninguna experiencia era superficial; todo tiene un propósito, aunque no siempre lo entendemos.
Abril 11, 1944
para Eberhard Bethge
"Escuché a alguien decir que los últimos años han sido un desperdicio completo en lo que a él respecta. Estoy contento de nunca haber tenido ese sentimiento, ni siquiera por un momento. Tampoco me arrepiento de mi decisión en el verano de 1939 [en
julio de ese año, Deitrich Bonhoeffer volvió de los Estados Unidos a
Alemania, poco antes de que comenzara la Segunda Guerra Mundial], porque estoy firmemente convencido - por extraño que parezca - que mi vida ha seguido una trayectoria recta e intacta, en lo que respecta a su conducta exterior. Ha sido un enriquecimiento ininterrumpido de experiencia, por lo cual sólo puedo estar agradecido. Si mi vida terminarara en estas condiciones, tendría un significado que creo que puedo entender..." (272)
Es una verdadera bendición poder entender que Dios es totalmente soberano; que nada escapa de su dominio y que al mismo tiempo es amoroso sobremanera. Es inevitable el sufrimiento en este mundo caído, pero lo sortearemos mejor sabiendo que aún en esos momentos oscuros y dolorosos Dios está con nosotros y siempre con un propósito bueno para los que lo amamos.
Que al finalizar este año podamos reconocer la mano de Dios en cada evento. Si algo no reconocemos, pidamos a nuestro Padre que nos ayude a entenderlo si esa es su voluntad. Si no lo es, que nos dé la confianza de que siempre es y será lo mejor.
Con amor y afecto para todos los que están experimentando un momento amargo,
Es una verdadera bendición poder entender que Dios es totalmente soberano; que nada escapa de su dominio y que al mismo tiempo es amoroso sobremanera. Es inevitable el sufrimiento en este mundo caído, pero lo sortearemos mejor sabiendo que aún en esos momentos oscuros y dolorosos Dios está con nosotros y siempre con un propósito bueno para los que lo amamos.
Que al finalizar este año podamos reconocer la mano de Dios en cada evento. Si algo no reconocemos, pidamos a nuestro Padre que nos ayude a entenderlo si esa es su voluntad. Si no lo es, que nos dé la confianza de que siempre es y será lo mejor.
Con amor y afecto para todos los que están experimentando un momento amargo,
Guillermo Bernaldez