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junio 21, 2010

Dudando de Dios


Saludos,

Esta semana vuelvo a citar a Larry Crabb y su libro Finding God (Encontrando a Dios). Personalmente, ha sido un proceso interesante al ir avanzando en la lectura de este libro. La propuesta de Crabb es que las personas que viven una vida cómoda y sin problemas, tienen pocas - o nulas - posibilidades de conocer personalmente a Dios. Es por eso que Dios en su infinita sabiduría permite que enfrentemos dificultades.

Obviamente todos nosotros no disfrutamos de los momentos difíciles, y la mayor parte de nuestro tiempo y esfuerzos irán encaminados a solucionar lo que nos causa dolor y malestar. Esto no es malo en sí, lo que es malo es ponerlo como prioridad en nuestra vida. Cuando suceden cosas terribles: infidelidad de un ser querido, muertes violentas, abusos, enfermedades que consumen lenta y dolorosamente muchos estamos tentados a dudar de la bondad de Dios. ¿Por qué? nos preguntamos. ¿No puede hacer nada Dios? ¿Por qué hace esto? ¿Por qué lo permite? ¿Acaso no dice la Biblia que Dios es bueno y que nos ama?

La respuestas son complejas, aunque muchos han tratado de responderlas superficialmente. Algunos incluso niegan el dolor que experimentan. Somos capaces de ocultarlo muy bien y al mismo tiempo hemos desarrollado actitudes para mantener a otros alejados y hasta para desahogar nuestros dolores. Esto es a lo que Crabb llama estructura pecaminosa, en la que nosotros somos siempre el centro y el primer lugar.

Espero que la lectura de esta semana nos permita explorar nuestro dolor y que al hacerlo, procuremos buscar a nuestro amoroso Padre celestial.


"Es posible que seamos gobernados por una pasión por Dios pero que sintamos que las malas pasiones son más fuertes. La medida de qué es lo que nos gobierna no es cuáles pasiones sentimos más fuertemente, sino cuáles estamos obedeciendo.

No deberíamos juzgarnos demasiado severamente cuando la lascivia y los celos se sienten más fuertes que nuestra pasión por conocer a Dios. Los placerse del pecado son inmediatamente sensuales, y ellos bloquean el dolor. El gozo de disfrutar de Dios aumenta lentamente con el tiempo, y es regularmente acompañado de dolor. El gozo sensual (¿me siento bien?) no es una medida confiable para saber si nuestro estilo de vida es piadoso. La gente que está madurando a veces se siente miserable (Os 5:15).

Las metáforas bíblicas - jadear por Dios, saborear a Dios, beber agua viva, comer pan del cielo - nos permiten ver claramente que encontrar a Dios no es únicamente algo académico. Tenemos que hacer más que sólo comprender la verdad acerca de Dios; debemos encontrar a Dios, como una novia encuentra a su esposo en la noche de bodas. Encontrar a Dios es una experiencia sensual.

Pero mientras veamos a Cristo en persona, nuestros apetitos naturales y miedos pueden parecer más urgentes y atractivos. Cuando no podemos dormir por nuestros problemas laborales, no deberíamos sentirnos culpables - siempre y cuando rechacemos la idea de dar prioridad al encontrar alivio de nuestras ansiedades e insomnio.

La vida puede ser difícil. Y la gente piadosa va a sentir el impacto de esta dureza. Pero no debemos depender de medidas pecaminosas, como lo son las fantasías inmorales, para calmar nuestros nervios.

Cuando las malas pasiones parecen llevar las de ganar, debemos recordarnos a nosotros mismos que Dios está trabajando para atraernos con el propósito de que lo conozcamos, y Él está atrayendo las partes de nuestra alma que no sienten atracción por los placeres inferiores. Y esas partes definen quiénes son los verdaderos cristianos.

El método que Dios usa para atraernos a Él es el de perturbar nuestra estructura pecaminosa y nos permite sentir el terror y el dolor que esa estructura debe superar. Entonces nos invita con la esperanza de que encontremos en Él la satisfacción de cada deseo noble.

Dios nos perturba y nos llama, revelando su odio al pecado y su bondad confiable, moviéndose en medio de nuestra vida cotidiana, Él no nos pide que nos tallemos hasta quedar limpios antes de que Él comience a perturbarnos y atraernos. Más bien es todo lo contrario. Al encarar honestamente lo que está pasando en nuestras relaciones, al admitir el profundo dolor en nuestras almas y las estrategias que usamos para protegernos de ese dolor, al confesar seriamente nuestras dudas acerca de la bondad de Dios, somos expuestos a las malas pasiones que nos gobiernan y que se despiertan por nuestra sed más profunda dentro de nosotros que nos acercará a Dios.
(180-182)

Nuestro mayor ejemplo en la tierra, nuestro Señor Jesús, aún sabiendo que el Padre lo había enviado a sufrir una muerte terrible lo llama Abba - papi, una expresión que rompe con la antigua tradición de ver a Dios con tanto respeto que ni siquiera se podía mencionar su nombre. Jesús sabía que nuestro Padre es bueno y amoroso.


Espero que podamos tener una perspectiva distinta de los problemas y dolores que enfrentamos; que no dudemos de la bondad de Dios; que podamos construir una iglesia que sea una comunidad en donde podamos compartir nuestra vida para motivarnos a buenas obras; que lo compartamos con nuestros seres más cercanos, de otra manera no podemos llorar con los que lloran ni reír con los que ríen. Y que por sobre todas las cosas, el Santo Espíritu nos fortalezca y nos dé valor para llevarlo a cabo.

GB


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