Saludos, espero que se encuentren muy bien.
Con cierta frecuencia escucho pastores que describen la realidad humana de maneras que la Biblia no lo hace. Existen una mirada muy positiva que afirma que ya podemos vivir de una manera perfecta como si ya estuviéramos en el cielo: sin pecado, sin necesidades, sin problemas, etc. Existe también algunos que predican que somos basura, llagas podridas, y que nuestras acciones son todas repugnantes ante Dios. Estos dos extremos distorsionan nuestra percepción y no nos permite gozar de lo que en verdad somos delante de Dios y de nuestros semejantes.
Lo cierto es que ambas partes aluden a textos bíblicos para sostener su posición. Si encontramos estos textos ¿qué es lo que dice, entonces, la Biblia?. Anthony Hoekema nos ayuda a entenderlo de una manera más clara. En su libro La Biblia y el Futuro hace una exposición clara de lo que los estudiosos llaman el YA - TODAVÍA NO. Es decir, que el reino de Dios ya ha sido inaugurado por nuestro Señor Jesús, pero que todavía no hemos llegado a su culminación. Ésta será, más bien, cuando Él venga por segunda vez. Y lo que implica es que ya gozamos de algunos beneficios del reino - como la presencia del Espíritu Santo, pero todavía no vivimos plenamente en este reino y por eso experimentamos dolores, frustraciones, somos imperfectos y seguimos pecando.
En esta sección Hoekema nos habla de cómo debemos entendernos a nosotros mismos en esta situación tensa. Espero que lo disfruten.
"La imagen que tenemos de nosotros mismos deberá reflejar esta tensión [del ya y todavía no]. Aquí hablamos del modo en que una persona se ve a sí misma, el concepto que tiene de su propio valor, o de la falta de ello. El hecho de que el cristiano se encuentre en tensión por lo que ya posee en Cristo y por lo que todavía no disfruta significa que debe considerarse a si mismo como una persona imperfecta. Con todo, el énfasis debe caer, no en al imperfección que continúa sino en lo nuevo. Poner el énfasis en la imperfección en vez de en lo nuevo es dar vuelta al Nuevo Testamento. Como dice Oscar Cullman, para el creyente cristiano de hoy el 'ya' pesa más que el 'todavía no'.
Dado que vivimos en la tensión escatológica [del fin de los tiempos] entre el 'ya' y el 'todavía no', no percibimos en su totalidad lo nuevo de Cristo en nosotros. Vemos mucho en nuestras vidas que se parece más a lo viejo que a lo nuevo. Hay un sentido entonces en que 'lo nuevo' es siempre un objeto de la fe. Pero, fe en el hecho de que somos nuevas criaturas en Cristo es un aspecto esencial de nuestra vida cristiana.
Si bien la tensión permanece, también es cierto que la vida cristiana está marcada por un crecimiento espiritual. El nuevo yo que nos hemos puesto como cristianos es uno que se va renovando continuamente: 'No se mientan los unos a los otros, puesto que ya se han librado de su vieja naturaleza y de las cosas que antes hacían, y se han vestido de la nueva naturaleza: la del nuevo hombre, que se va renovando a imagen de Dios su Creador, para llegar a conocerlo plenamente' (Col. 3:9-10, VP [versión popular]). El cristiano, por lo tanto, debe mirarse a sí mismo como una nueva persona en Cristo que está siendo progresivamente renovada por el Espíritu de Dios."
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Al leer este texto unas de las primeras palabras que vienen a mi mente son: humildad, amor y esperanza. Humildad para reconocer que soy pecador y que necesito de Jesús para poder vivir una vida que le dé gloria y honra. Amor para ver en los demás lo que Dios está haciendo en su vida, a pesar de ser imperfectos - como yo mismo lo soy. Y la esperanza de que en el futuro, todo será mejor: no habrá más dolor, ni angustia, ni enfermedad, ni llanto. Estaremos en la presencia plena de nuestro Señor: nuevos hombres y nuevas mujeres.
GB
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