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abril 13, 2010

Oración



Saludos,
Hace unas semanas un amigo me envió este pensamiento. Cuando mi esposa lo leyó me sugirió que lo publicara. El autor es Daniel W. Whittle (1840-1901) de su libro The Wonders of Prayer (Las Maravillas de la Oración). Este libro está en linea gratuitamente en inglés.

Me parece que es muy útil ya que la iglesia vive una etapa muy influenciada por el "pensamiento positivo", es decir una actitud mental que espera resultados favorables: felicidad, salud, éxito, etc. Mucha gente lo confunde con la fe, pero una lectura cuidadosa de la Biblia nos puede ayudar a entender que Dios responde a las oraciones de sus hijos e hijas para su gloria y no para la nuestra.

Espero que lo disfruten.

"La oración es para acercarnos en comunión con Dios, para el crecimiento de la vida espiritual que es nuestra a través de Jesús Cristo. Dejarla en cualquier plano inferior es robarle sus más altas funciones y paralizarla de su poder duradero para el bien en cualquier dirección.

Las promesas de Dios están condicionadas a que nos encontremos con nuestro corazón inclinado hacia Dios. 'Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá' (Juan 15.7). Al permanecer en Cristo, nuestra voluntad será su voluntad y desearemos aquello que engrandezca más la vida divina y promueva la confianza en Dios. Aun nuestros deseos de bendiciones materiales estarán supeditados a este motivo. Debemos seguir una linea de verdad que nos aleje del espíritu de dictado en nuestras oraciones (es decir, que le digamos a Dios lo que debe o debería hacer por nosotros) cuando se trate de cosas que pertenezcan a nuestros asuntos con el mundo.

No podemos decir qué es lo mejor para el bien más elevado. Que mantengamos lo que es nuestro o que lo perdamos. La recuperación de alguna enfermedad o que continuemos con ella; la recuperación de la salud de un ser amado, o su partida para estar con Cristo; que la espina sea removida o que se permita que permanezca.

Es un hecho un privilegio bendito el hacer 'conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias'. Él no nos ha dado la terrible responsabilidad de asegurarnos que todas nuestras peticiones que hagamos conocidas serán concedidas. Él se ha reservado esa decisión y nosotros debemos regocijarnos en dejarlo - a su infinita sabiduría y su infinito amor...

El uso más elevado de la oración es el de traer nuestra alma más cerca de Dios, y no el de hacer de la oración solo una cosa de conveniencia para escapar de los dolores físicos o de suplir necesidades materiales.

Cuando oramos muchas veces perdemos de vista que todo es, y debe ser, para la gloria de Dios. Si nuestra voluntad no está alineada a la voluntad de Dios, es fácil que nuestras oraciones se vuelvan egocéntricas. Santiago es muy claro y nos advierte que no recibimos porque pedimos para nuestros propios deseos. No es falta de fe, sino que nuestro Padre sabe lo que es mejor para sus hijos e hijas, y nos ama profunda y perfectamente. Él quiere lo mejor para nosotros.

Espero que cuando oremos pongamos atención a lo que pedimos, y el propósito por lo que lo hacemos.

GB

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