Saludos,
Con frecuencia hacemos comentarios acerca de ser hijos de Dios. También hablamos del reino de Dios; de la autoridad que hemos recibido de Él a través del Espíritu Santo. Es común escuchar que siendo hijos del gran Rey de Reyes, todo está a nuestra disposición. En la cita de esta semana F. F. Bruce, de su libro The Time is Fulfilled (La Plenitud del Tiempo), nos recuerda el ejemplo que nuestro Señor Jesús dio durante el tiempo que estuvo en la tierra; un ejemplo de servicio y sacrificio.
El libro se examina algunos ejemplos en los que en el Nuevo Testamento se cumplen - o llegan a su plenitud - las profecías del Reino de Dios que habían sido prometidas en el Antiguo Testamento. Entonces espero que disfruten de esta cita del reino y del servicio.
"Mientras que los trabajos misericordiosos de Jesús apuntaban a la presencia de ese reino, Él fue muy claro al decir que la esperanza de las era por venir no se había consumado todavía. Durante su ministerio el reino de
Dios estaba en el proceso de su inauguración; un día, durante la vida de sus oyentes, el reino vendría 'con poder' (Mr 9.1). Los poderes del reino de Dios ya estaban trabajando, aún así animó a sus discípulos para que oraran para que el reino viniera. Pero el reino consumado tendría el mismo carácter que el reino que comenzaba a vivirse. Algunos de sus discípulos imaginaron que cuando el reino fuera finalmente establecido, ellos serían compensados con posiciones de autoridad por las privaciones y peligros que ellos estaban sufriendo por el reino. Jesús dijo, al contrario, la forma para recibir honor en el reino de Dios era a través del servicio: el honor no era la compensación por el servicio; el servicio era el honor. Y Él mismo les dio el ejemplo, viniendo como Él lo hizo, no para ser servido sino para servir y para coronar ese servicio dando su vida por otros (Mr 10.35-45)."
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La cultura popular en occidente nos invita a la auto-realización. A buscar el prestigio y el poder para usarlos en beneficio propio. Jesús nos llama al servicio. Charles Spurgeon, uno de los más grandes predicadores de todos los tiempos, entendió el mensaje y dijo: "Debemos vivir de tal manera que si nos llamaran a morir en cualquier momento, no necesitemos hacer una oración, sino que estemos listos para el cielo, listos para una vida de servicio o para una muerte de gloria." Esto, claro está no implica que nuestra salvación sea por obras, más bien las obras son la evidencia de que hemos sido regenerados por la gracia de nuestro Señor.
Espero que esta semana, y las por venir, estén llenas de oportunidades para servir con amor.
GB.
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