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enero 20, 2010

Oración


Saludos,

El tema de esta semana es la oración y, aunque parezca extraño se encuentra en el libro de Chris Seay, titulado The Gospel According to Tony Soprano (El Evangelio de Acuerdo a Tony Soprano). Como mencioné la semana pasada, la premisa del autor es que la vida de esta familia de criminales no es tan diferente a la que llevamos nosotros. La diferencia es casi únicamente que ellos llevan sus acciones a extremos que la mayoría de nosotros no haríamos. El pecado es lo que nos separa de Dios, por más pequeño que sea. Recordemos que Adán y Eva fueron condenados por comer únicamente un fruto. Todos somos pecadores delante de Dios. Todos necesitamos del amor redentor de Dios.

Hay mucho que aprender de la oración, y el ingrediente principal es pasar tiempo orando. La primera parte hace referencia a la oración pública, ya sea en la iglesia, en un grupo o en familia. Cuando estamos rodeados de personas podemos sentir la tentación de usar palabras elegantes, expresiones originales, etc. Al hacer esto, nuestro foco de atención se vuelven las personas y no Dios. La segunda parte está relacionada con nuestra necesidad de orar, de estar en comunicación con nuestro Padre. Que lo disfruten.

"Muchos cambian la comunicación con lo divino en un ejercicio forzado del lenguaje en lugar de una conversación honesta con el que ha creado el alma del ser humano. C. S. Lewis dijo, 'Debemos delante de Él lo que está dentro de nosotros, no lo que debería estar dentro de nosotros.'"
(31)

Más adelante continúa diciendo:

"Nuestro pecado nos ciega y nos impide ver la verdad. Debilita nuestra visión y nos impide que tengamos una buena perspectiva de nuestra propia vida, que necesita dirección con desesperación. Este tipo de oración es crucial para nuestro viaje. Hank Hanegraaff afirma, 'La oración es la vida cristiana, reducida a su esencia.'

... Cuando la oración y la meditación se vuelven una parte integral de una vida diversa, las preocupaciones de este mundo se desvanecen y se renueva el gozo. Un seguidor de Cristo dedicado a la oración y a la contemplación, el hermano Lawrence enseña, 'Para formar un hábito de conversación continua con Dios, y de contarle a Él todo lo que hacemos, primero debemos dedicarnos a Él con diligencia: pero después de algo de cuidado vamos a encontrar su amor en nuestro interior que nos incita a Él sin ninguna dificultad.' En otras palabras, la disciplina de la oración y la meditación se volverá tal delicia que esta vida de devoción se torna natural y fácil.

Oswald Chambers dice, 'La oración no nos hace mejores para un trabajo mejor; la oración es el mejor trabajo.' Muchos desean llegar a ser mas espirituales para volverse más hábiles y devotos para la oración. Pero es la oración, un espacio dedicado a estar en la presencia del Todopoderoso, lo que nos hace espirituales. No existen sustitutos. El conocimiento no nos lleva al corazón de Dios; 'sólo envanece.' El único camino auténtico para la paz es el de viajar por el camino de una oración contemplativa."
(33-34)

Al escribirlo, me siento desafiado ante la poca importancia que le doy a la oración. Ante la idea de que puedo pasar por la vida sin una vida de oración íntima y personal. Con la excusa de que tengo demasiadas cosas por hacer dejo de orar. En contraste, Martín Lutero decía que tenía tanto que hacer, que no podía orar menos de tres horas al día. Me pregunto cuántos cristianos y cristianas vivimos una vida sin oración. Olvidamos que el cristianismo no se reduce a las acciones exteriores, sino a un cambio completo de la persona: externo y también interno. ¿Será por eso que nos somos tan diferentes a los no cristianos? Espero que este año nos sintamos desafiados a separar un tiempo para pasar con Dios. Que olvidemos las fórmulas de oraciones grupales y le podamos contar nuestros dolores, necesidades, dolores, alegrías y nuestras dudas.


Aunque suene redundante, oremos para que podamos sentir la necesidad de una vida de oración.

GB

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