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agosto 25, 2009

Conocer a Dios

Saludos a todos,

al escribir estas líneas de Martin Lloyd-Jones siento cómo yo mismo he sido, y soy muchas veces la persona a la que Lloyd-Jones se refiere. Es decir la persona que cree que sabe, pero que su saber no es el correcto.

También con tristeza reconozco que muchos de los que nos llamamos hijos e hijas de Dios, muchas veces no hemos sido instrumentos para edificar a su pueblo, sino para dividirlo y para mal testimonio ante los no creyentes. Casi sin importar cuál sea nuestra denominación, o falta de ella, casi todos caemos en la trampa de poseer el conocimiento y estar en lo correcto.

Con este discurso, titulado "Knowledge - False and, True" (Conocimiento - Falso y Verdadero) Lloyd-Jones termina una serie de conferencias cuyo título general era Incrementando en el Conocimiento de Dios dictadas en 1960. Su público eran personas estudiosas - todas ellas creyentes y pastores. Lloyd-Jones los previene a todas ellas, pero también a nosotros de no caer en la trampa de llenarnos de orgullo por nuestro conocimiento. Lloyd-Jones nunca argumenta, correctamente a mi parecer, a favor del no estudio y la promoción de la ignorancia, sino de darle una dimensión apropiada.

Espero que al leer las siguientes líneas podamos hacer una auto-evaluación de lo que pensamos de nosotros mismos.

"... otra forma para probar el conocimiento [de Dios] es el carácter que produce. 'El conocimiento envanece' dice el apóstol, 'mientras que el amor edifica' - construye. ¿Qué clase de carácter se construye? Esto se describe perfectamente en 1 Corintios 13 [4-12]... ¿Cuáles son sus características? Primero y antes que todo, humildad. Mira a esos hombres en la Biblia que tuvieron una breve mirada a Dios. Ellos cayeron como 'muertos'. Ellos dijeron con Isaías, '¡Ay de mí, que estoy perdido!' ¿Estaban orgullosos de su conocimiento y lo que habían aprendido? ¡No! - ellos sintieron que no estaban limpios y no eran dignos en lo absoluto de estar ahí, que no estaban en posición de criticar a nadie porque ellos se dieron cuenta de su gran falta de valía. El conocimiento verdadero invariablemente lleva a la humildad, y también a la santidad y a la bondad."


Lloyd-Jones continúa diciendo

"... Mientras el corazón de una persona está bien, aunque su cabeza esté en lo correcto, seamos pacientes con él y tratemos de ayudarlo. No deberíamos pasar el tiempo sólo probando por qué nosotros estamos en lo correcto y todos los demás equivocados. Bien, tu carga es intentar corregirlo, y tratar de hacerlo amándolo, siendo paciente y comprensivo con él."

Lloyd-Jones concluye esta sección con esta poderosa frase:

"Oh, sí, cuando una persona tiene este verdadero conocimiento, entonces debe 'amar a su prójimo como a él mismo.'"


Podemos conocer mucho acerca de Dios, de las doctrinas, de la forma en que actúa en las tres personas, etc. Pero lo importante, lo que cuenta, es que lo conozcamos a Él. La pregunta para esta cita no es cuánto sabemos, sino que cada uno se examine detenidamente y se pregunte ¿qué tan humilde soy? ¿Puedo con este conocimiento darme cuenta de la santidad, amor y majestad de Dios? Es esto último lo que nos lleva sin lugar a dudas a ser humildes y por eso mismo, a amarlo más.

GB

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