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mayo 26, 2009

Agradecimiento en el Dolor


¿Cuántas veces nos sentimos tan distantes de Dios por la intensidad de nuestros problemas y aflicciones?  ¿Cómo agradecerle por lo que estamos pasando?  Sentimos que no es posible, ni honesto, hablar con Él en oración porque estamos heridos, molestos y/o enojados.  La verdad es que no podemos negar lo que sentimos, pero no tenemos que hacerlo.  Ruth Myers lo comenta en su libro 31 Days of Praise (31 Días de Alabanza).  

Nuevamente quiero mencionar que la cita de hoy no es para minimizar el dolor que muchas personas están experimentando, sino para que en medio de el dolor puedan encontrar que es posible contar con nuestro amoroso Padre.  

"Una vida de alabanza puede ser atractiva para ti.  Pero ¿qué significa eso?  Puede que te sientas confundido por el significado de alabar continuamente y estar siempre agradecido, en cada situación.  ¿No lleva esto a negar nuestros verdaderos sentimientos?  ¿Significa que cuando golpeas tu dedo con un martillo, tu respuesta inmediata debes ser 'Gracias, Dios'?  ¿No es deshonesto agradecer cuando no te sientes agradecido? 
...
Esto no significa que debas negar tus pensamientos y actitudes negativas,  barrerlas bajo algún tipo de tapete emocional.  No significa que debas reprimirlos en lo profundo de una caverna donde, una y otra vez, pueden escaparse y llegar a tus pensamientos, presionarte a tomara decisiones no sabias, y filtrarse más allá de tus defensas y contaminar la esfera emocional alrededor tuyo. 
Nota que David y otros salmistas fueron honestos con sus sentimientos, enfrentándolos y diciéndole a Dios de ellos.  Ellos sabían cómo verter sus corazones delante de Él (Sal 62:8).  Con frecuencia ellos primero alababan a Dios, luego ellos expresaban sus emociones perturbadas.  Después ellos continuaban alabando a Dios nuevamente, a pesar de sus problemas.  Ellos no negaban sus sentimientos o simplemente los ignoraban.  Ni los sofocaban hasta ahogarlos.  U eso no parece indicar que ellos pospusieron su alabanza hasta que ellos habían lidiado con sus emociones y se sentían mejor.  En lugar de eso, ellos mezclaban una honesta comunicación de sus sentimientos con una sincera, alabanza que glorificara a Dios."


Termino esta nota con cuatro deseos.  Que en medio de nuestras penas podamos ser honestos con nosotros mismos y con Dios.  Que aprendamos a comunicar lo que realmente sentimos y no lo ocultemos.  Que entendamos que Dios nos provee de amigos y familiares que también están dispuestos a escucharnos y acompañarnos en medio de las pruebas.  Que Dios nos de fuerza para llevarlo a cabo. 

GB

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