Dios es Santo

     Buen día, 
     Con mucha frecuencia hablamos de que Dios es amor, que es todopoderoso, soberano, justo, etc.  También decimos que Dios es santo.  El uso frecuente de estas palabras puede causar que su significado pierda fuerza.  Por esta razón, me parece que las palabras de Albert Edward Day, en su libro The Captivating Presence (La presencia cautivadora) son muy elocuentes.  Espero que lo disfruten.

     "Cuando decimos que Dios es santo, no estamos nombrando un atributo entre muchos otros como amor, misericordia, sabiduría, poder.  Estamos intentando designar algo que se aplica a todos sus atributos - algo que les da una dimensión asombrosa.  Estamos diciendo que él es el que nunca cambia.  Su amor nunca fluctúa; su misericordia es inagotable; su sabiduría alegra todo lo que es verdaderamente bueno; su poder es siempre confiable para que actúe de manera redentora.  La mayor maravilla y gloria sin par es que él es todo lo que él es, inmutable. No hay variantes en él, es lo que asegura el Nuevo Testamento. 'Yo, el SEÑOR, no cambio,' dice Dios a través de su profeta.

     Así que no necesitamos especular cuál será su respuesta cuando nos acerquemos a él, ya sea desde la hora de la victoria o desde una noche de derrota; de una acción de la cual estemos orgullosos o de uno que estamos profundamente avergonzados.  Nuestras cabezas podrán estar erguidas o inclinadas a un nivel muy bajo.  Puede que vengamos jubilosamente para agradecerle lo que ha hecho o que apenas podamos expresar un débil susurro de ayuda.  No importa quiénes somos o dónde estamos, un Dios santo es un Dios en el que no hay nada para adulterar, para minimizar o alterar las cualidades trascendentes que necesitamos en nuestra debilidad o nuestra pecaminosidad.  ¡Él siempre es Dios!  Jamás le falta algo de él...

     Algunas veces los mejores de nosotros tenemos días en los que nuestros mejores amigos deben decir, 'No eres tú mismo el día de hoy.'  Ese hecho les provoca dificultad y les impide obtener lo que ellos deberían haber recibido de nosotros.  PERO DIOS SIEMPRE ES DIOS."

     La santidad de Dios permea todo lo que Dios es y hace.  Es interesante notar que de entre todos sus atributos, su santidad es la única que es triplemente resaltada (Ap 4:8).  Esto nos hace ver lo importante que es para él que lo sepamos y que actuemos en consecuencia.  

     Dios quiere que seamos santos.  Echemos una mirada a Levítico:

1.    Yo soy el SEÑOR, que los sacó de la tierra de Egipto, para ser su Dios. Sean, pues, santos, porque yo soy santo.  (Lv 11:45)

2.    El SEÑOR le ordenó a Moisés que hablara con toda la asamblea de los israelitas y les dijera: «Sean*santos, porque yo, el SEÑOR su Dios, soy santo.  (Lv 19:1-2)

3.    Conságrense a mí, y sean santos, porque yo soy el SEÑOR su Dios. (Lv 20:7)

4.    Sean ustedes santos, porque yo, el SEÑOR, soy santo, y los he distinguido entre las demás naciones, para que sean míos. (Lv 20:26)

     También lo encontramos en el Nuevo Testamento: “Busquen la paz con todos, y la*santidad, sin la cual nadie verá al Señor.” (Hb 12:14).  Debemos, por lo tanto, esforzarnos por hacerlo; al mismo tiempo reconocer que es Jesús quien nos da la santidad por su sacrificio en la cruz.  

     Esperando que podamos comprender la obra santificadora de Dios en nuestras vidas.

Guillermo Bernáldez Flores