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diciembre 28, 2016

La presencia del buen Padre


     Saludos, 

después de celebrar el nacimiento de Jesús esta Navidad, nos acercamos al fin de año y me pareció que sería bueno recordar que el nacimiento de Jesús tenía como propósito reconciliarnos con el Padre.  Robert A. Peterson nos recuerda que esta idea es más que un mero concepto abstracto, sino una realidad en la vida de cada creyente. 

     En su libro Adopted by God (Adoptado por Dios), describe varios aspectos de esta enseñanza bíblica, pero con la que nos identificamos porque es una práctica en el presente.  Ésta implica una acción legal que promueve una relación profunda, familiar y llena de amor.  Espero que sea motivador. 

Resultado de imagen para adopcion     La habilidad que nos da el Espíritu para gritar 'Abba, Padre' apunta a nuestra relación íntima con Dios a través de la adopción.  Conocemos al Padre de una forma tan cercana que se nos permite llamarlo de la misma manera en la que su único y amado Hijo, Jesucristo, lo hizo.  ¡Eso es increíble!  ¿Cómo podría Dios comunicar la profundidad de su amor de una manera más clara?  ¿Cómo podría hacernos sentir más cómodos, más en casa, más parte de su familia?

     El abogado David V. Andersen, quien se especializa en casos de adopción, dice, 'He comenzado a ver en las familias que adoptan con las que trabajo una imagen del amor de Dios - hacia otros y hacia mí.'  Él da un ejemplo.


Resultado de imagen para niña ama a papiRecientemente, al finalizar una adopción de un padrastro, el juez le preguntó a una niña de siete años si tenía algo que decir de la adopción por el esposo de su madre.  La niña bajó la mirada tímidamente y entonces, volviendo hacia arriba, dijo, 'Sólo que lo amo.'  Esto es lo que el Espíritu nos permite sentir y decir de Dios.

     Como un resultado del ministerio del Espíritu, disfrutamos intimidad con el Dios viviente, como dice una joven mujer llamada Tennyson:


Resultado de imagen para father lovesUn aspecto de la adopción que me habla personalmente es que, de hecho, soy una hija de Dios y puedo dirigirme al gran Dios y creador del universo como a mi propio Padre.  Esto me da la intimidad que anhelo.  Cuando el mundo me rechaza y me desconoce, me siento muy confortada al saber que no me conoce porque no conoce a mi Padre.  Algún día se sabrá quién soy.  Seré favorecida por el nombre de mi Padre. 

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     Existe una segunda ramificación del derecho que tenemos de llamar a Dios como lo hizo Jesús.  Date cuenta que cuando Jesús clamó 'Abba Padre,' se encontraba soportando una carga muy pesada.  Aunque no limitaría nuestro clamor a Dios como nuestro Padre sólo a momentos de gran dolor, es apropiado expresar el llamado de nuestra condición como hijos en esas circunstancias.  Porque el Hijo de Dios nos redimió, nos encontramos en una relación especial con su Padre, que es también nuestro.  Como resultado, no debemos tener temor de acercarnos al Padre en cualquier momento, incluyendo los tiempos de problemas.  Él se preocupa por nosotros y quiere que corramos hacia Él, diciendo, 'Padre, Padre,' cuando nos percatamos de nuestra necesidad de su presencia, poder y paz.  

     Sinclair Ferguson resume así este segundo punto: 

Resultado de imagen para niño corre hacia papaAunque él pueda estar quebrantado y herido, desesperado con temores y dudas, sin embargo, el hijo de Dios en su necesidad llama '¡Padre!' de forma instintiva, como lo hace un niño que se ha caído o se ha lastimado usa un lenguaje similar, '¡Papi, ayúdame!'  La certeza de ser hijo no está reservada para el cristiano que es muy santo; es el derecho de cuna hasta del más débil y más oprimido creyente.  Ésta es su gloria.

     Efectivamente, podemos acercarnos al Dios todopoderoso de forma familiar, porque Él nos ha adoptado y nos ha hecho parte de su familia.  Dios mismo eligió usar este lenguaje porque facilita nuestra comprensión del tipo de relación que desea que tengamos: ser una familia.

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     Que en este año que está a punto de comenzar, tengamos en mente que Dios-Padre siempre está atento y con los brazos abiertos, ya sea para celebrar los momentos de alegría y plenitud; así como para confortarnos y alentarnos en los momentos oscuros.  Sin duda encontraremos ambas experiencias este año que viene, y en ambas, podemos confiar en nuestro buen Padre. 

Con esperanza y alivio

Guillermo Bernáldez Flores

    

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