Saludos,
la cita de hoy es del libro de John Eldredge titulado Walking with God (Caminando con Dios). Trata de un tema complejo y al que - queriendo o no - nos enfrentamos a él tarde o temprano: juzgar. Me parece que el autor presenta un buen argumento, si bien algo largo, pero que vale la pena leer. Parte del acierto de Eldredge es que no recurre a una exégesis técnica para explicar el tema.
Espero que lo disfruten y que juzguen su contenido ustedes mismos.
"Sí, Jesús nos dice que no juzguemos. El contexto es en el Sermón del Monte. Él ha estado enseñando a sus escuchas judíos - un pueblo al que se le ha enseñado por siglos que la justicia se manifiesta únicamente en lo externo - que hay una justicia más elevada y que viene del corazón. Dice cosas como, 'No piensen que han mantenido el espíritu de la ley sólo porque no han matado a su hermano - ¿odias a tu hermano? No piensen que han mantenido el espíritu de la ley sólo porque nunca han cometido adulterio - ¿lo deseas en tu corazón?' Jesús está reestructurando todo su entendimiento de santidad.
Cuando se trata de juzgar a otros, el texto se lee de la siguiente manera:
No juzguen a nadie, para que nadie los juzgue a ustedes. Porque tal como juzguen se les juzgará, y con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes.
¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no le das importancia a la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame sacarte la astilla del ojo”, cuando ahí tienes una viga en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás con claridad para sacar la astilla del ojo de tu hermano (Mt 7:1-5).
Cuando vives en un sistema de normas y reglas, es fácil que pienses que estás siendo justo porque mantienes todas las reglas. Es muy tentador sentirse bien con uno mismo cuando comparas tu capacidad de mantener la compostura comparándote con alguien quien no lo está haciendo bien. 'Todos los días llego a tiempo al trabajo. Juan, allá, es un perezoso de primera; siempre llega tarde.' Lo que no sabes es que Juan tiene una hija que es autista y la tiene que llevar al otro lado de la ciudad para que reciba terapia, y tú, mi querido presumido, vives a cinco minutos del trabajo. Cuando se trata de santidad verdadera, Jesús ha estado diciendo, 'Está en el estado de tu corazón.' Ahora él se refirió a mirar la vida de los demás. Nota que no dijo, 'Arregla tu vida primero para que estés en posición de ayudar a otros a que arreglen la suya.'
La mayoría de los cristianos conocen el texto, pero creen que quiere decir 'Nunca te permitas pensar que tú estás en lo correcto y alguien está equivocado.' Pero, ¿cómo sabremos si estamos en lo correcto? ¿Cómo podemos ayudar a alguien que está equivocado?
Jesús también dijo, 'No juzguen por las apariencias; juzguen con justicia' (Jn 7:24). ¡Espera un momento! Ahora Jesús está diciendo a sus seguidores que juzguen, y cuidadosamente. El contexto de este texto es cuando Jesús sanó a un ciego en el día de descanso (Sabbath) y los líderes judíos estaban tan molestos que querían matarlo... Ellos habían llegado al punto de adorar la ley, no al Dios de la ley. Como en el Sermón del Monte, Jesús les muestra que están lejos de entender el espíritu de la ley. 'Por eso Moisés les dio la circuncisión, que en realidad no proviene de Moisés sino de los patriarcas, y aun en sábado la practican. Ahora bien, si para cumplir la ley de Moisés circuncidan a un varón incluso en sábado, ¿por qué se enfurecen conmigo si en sábado lo sano por completo? No juzguen por las apariencias; juzguen con justicia' (Jn 7:22-24).
Jesús les dice, 'Muchachos, ustedes no entienden. Establecí el día de descanso para que se refrescaran. Un día de descanso para que se recuperen. ¡¿Ahora están molestos conmigo por sanar a un hombre en el día de descanso?! Quiero que comiencen a distinguir claramente y no de forma errónea.' Jesús no dice, 'No hagan ningún tipo de distinciones.' Él dice, 'Juzguen con justicia'.
Veamos a Pablo y la iglesia en Galacia (Gal 1:6-9). ¡Guau! Pablo es muy directo y muy vocal acerca de lo que ve... Los gálatas comenzaron a abrazar un evangelio que decía, 'Sí, fe en Jesús. Creemos en Jesús. Y, además necesitas circuncidarte, y mantener la Ley de Moisés, también.' Un evangelio diferente al que Jesús y Pablo predicaron. Un 'tipo' de evangelio. Con suficiente de 'Jesús' para hacerlo parecer como verdadero. Pero tiene otras ideas y reglas que va a hacer que la gente se aleje del corazón de Dios y de la relación que Él ofrece. (Por cierto, todavía anda circulando esta idea).
Era algo que preocupaba grandemente a Pablo, y no lo iba a pasar por alto... Pablo no tenía problema para decir, '¡Escuchen, están equivocados en esto!", y hacerlo públicamente.
¿Estaba 'juzgando' Pablo? Bien, no estaba siendo arrogante, y no estaba exponiendo a los falsos maestros para justificarse a sí mismo. Ciertamente él estaba juzgando en la manera en la que Jesús nos insta a hacerlo - haciendo una distinción entre la verdad y la falsedad, lo preciso y lo impreciso.
¿Lo ves? No todo evangelio es igual. Necesitamos decirlo."
(166-169)
Lo que acertadamente señala Eldredge es importante para nosotros que vivimos en una cultura relativista en la que la verdad ha perdido su valor; en donde si te hace feliz o te hace sentir bien (algunos agregan "y no le haces daño a nadie") está bien.
Los seguidores de Jesús nos encontramos en un punto en el que la tolerancia - que es buena - está siendo llevada a puntos que dejan de serlo. No debemos creer que somos los "defensores de la fe", sin embargo, debemos estar preparados para reconocer la voz de nuestro Padre, y seguirla.
Buscando el camino de la verdad
Guillermo Bernáldez F.
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