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marzo 15, 2011

Aprendiendo a Orar


Saludos, Recientemente he leído algunos libros que hablan de la oración. No siempre es el tema central del libro, sin embargo los autores hacen alguna referencia a las oraciones. Estos comentarios me han hecho consciente de mis propias oraciones y lo mucho que todavía tengo que aprender. Aquí están algunas de las lineas que más me han servido y hecho pensar. Espero que las disfrutes.

"Tengo tanto que hacer que no puedo empezar sin antes pasar tres horas diarias en oración."
Martín Lutero

El tipo de vida que llevamos se ha vuelto vertiginoso. Las horas del día no nos parecen suficientes para hacer todo lo que queremos o que debemos hacer. Recortamos horas de sueño de alimento... y también de oración. Es posible que pienses que Lutero no tenía tanto que hacer como dice. Recordemos que entre otras cosas él, tradujo la Biblia al alemán usando los textos originales en griego y hebreo (los cuales también tuvo que aprender) y sus obras escritas forman una colección de 56 libros que incluyen comentarios bíblicos, himnos, sermones, etc. Al tiempo que era pastor y padre de familia.


"Las oraciones susurradas de aquellos viejos y queridos fieles, y que nadie pensaba que contaban en el mundo... no solo desaparecen en el éter, no se evaporan en la nada. No, ellas van a impregnar la textura del universo..."
La historia del pueblo negro sudafricano bajo el apartheid es desgarradora: muerte, torturas, violaciones, pobreza, explotación, etc. Pero durante todo el tiempo hubo "aquellos viejos" que a pesar de las circunstancias que soportaron por muchas generaciones, permanecieron "fieles". Para sorpresa de todo el mundo, el apartheid no terminó con una revolución sangrienta, sino que fue un proceso relativamente pacífico.


"Nunca menosprecies el poder de la oración"
Kofi Annan

Annan fue secretario general de las Naciones Unidas de 1997 a 2006. Por su trabajo como mediador en conflictos internacionales recibió el Premio Nobel de la Paz en 2001. Annan dijo esta frase cuando un reportero le preguntó cómo había desafiado a sus críticos al haber alcanzado un acuerdo que parecía imposible. Su respuesta fue breve y simple, pero muy profunda.


"Todos los que creen en Dios me dijeron que orara, y lo hice. Aquí están las dos oraciones que mejor conozco: 'Ayúdame, ayúdame, ayúdame' y 'Gracias, gracias, gracias.'"
Cuando leí estas lineas no pude evitar sonreír, para luego darme cuenta que mis oraciones no eran tan diferentes. No quiero decir que esté mal pedir y agradecer. Jesús nos enseña a hacerlo, pero la alabanza, el silencio, la espera no se nos dan tan fácilmente.


La semana pasada recibí este vídeo promovido por
24/7 Prayer International como motivo de la cuaresma. Obviamente no se debe limitar sólo a este tiempo, que es en muchas tradiciones cristianas, un tiempo de reflexión. Si no puedes ver el vídeo, pulsa aquí.



Y hoy me topé con este verso que nunca me había llamado tanto la atención por su belleza. "Ésta es la oración al Dios de mi vida: que de día el Señor mande su amor, y de noche su canto me acompañe." Salmos 42:8.


Los últimos días mi oración también ha sido también "quiero aprender a orar. Enséñame a orar". Quiero aprender a orar cuando tengo mucho que hacer. Quiero ser fiel y constante a pesar de las circunstancias. Quiero valorar la oración y no menospreciarla. Quiero aprender a orar profundamente, a conversar con mi Padre, a escuchar su voz, a pasar tiempo en silencio. Quiero aprender a orar. Y sé lo que tengo que hacer: orar, y en la oración pedirle al Señor que me enseñe.

¿Quieres aprender a orar?

Guillermo Bernáldez

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