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julio 20, 2010

Intercediendo

Saludos,

Hace tiempo tuve un par de conversaciones con un amigo y una amiga. Las dos giraron alrededor de autores que nos han impactado profundamente. Aunque las conversaciones no fueron el mismo día, los tres hablamos en Dietrich Bonhoeffer. Mi amigo, que es pastor me dijo que su libro Life Together (Vida en Comunidad) había sido sin duda el libro que más lo había ayudado en su ministerio. Mi amiga me dijo que era un libro que tenía que leer en pequeñas dosis por su profundidad. Aunque había leído otros libros de Bonhoeffer, no había leído éste. Ahora entiendo a lo que se referían.


Este librito, de poco más de un centenar de páginas, es el resultado de su actividad como pastor y maestro en un seminario clandestino durante el régimen nazi en Alemania. Es tan bueno, que me gustaría poder citarlo casi en su totalidad, pero eso es imposible. Me parece que su lectura beneficiaría a muchas congregaciones, especialmente si se toma el tiempo para la reflexión individual y en comunidad, y se complementa con la aplicación de estos principios.


La cita viene de una sección titulada Intercesión en ella, Bonhoeffer nos hace ver qué tan importante es el que oremos unos por otros como el cuerpo de Cristo. Personalmente me hizo ver que mis oraciones de intercesión pueden ser muy superfluas y desinteresadas. Espero que sea desafiante y que lo disfruten.


"... Una comunidad cristiana vive y existe por la intercesión mutua de sus miembros, o colapsa. Ya no puedo condenar u odiar a un hermano por el cual oro, ni importa cuántos problemas me cause. Su cara, que hasta aquí me pudo haber sido extraña e intolerable, es transformada en la intercesión en el rostro de un hermano por quien Cristo murió, el rostro de un pecador perdonado. Este es un descubrimiento que alegra al cristiano que comienza a orar por otros. De nuestro lado ya no hay disgusto, tensión personal, no hay desavenencia que no pueda ser superada por la intercesión. La oración de intercesión es un baño purificador en la que el individuo y la comunidad deben entrar todos los días. El problema que experimentamos con nuestro hermano en intercesión puede ser difícil, pero el problema tiene la promesa de que alcanzará su objetivo.

¿Cómo sucede esto? La intercesión no es otra cosa que traer a nuestro hermano a la presencia de Dios, verlo bajo la cruz de Jesús como un pobre ser humano y pecador que necesita gracia. Entonces todo lo que hay en él que nos repele se desvanece; lo vemos en toda su miseria y necesidad. su necesidad y su pecado se vuelven tan pesados y opresivos que no podemos hacer otra cosa que orar: Señor, sólo tú, trata con él de acuerdo a tu severidad y tu bondad. Interceder significa otorgar a nuestro hermano el mismo derecho que hemos recibido, es decir, pararse frente a Cristo y compartir en su misericordia.

Esto nos aclara que la intercesión es también un servicio diario que debemos a Dios y al hermano. Aquél que niega a su prójimo el servicio de la oración, le niega el servicio de un cristiano. Es claro, además, que la intercesión no es general y vaga, sino muy concreta: se refiere a personas específicas, problemas específicos y por lo tanto peticiones específicas. Entre más específica es mi intercesión, también se vuelve más promisoria.

... la intercesión es un regalo de incalculable valor que Dios nos da, que nosotros debemos aceptarlo con gozo."
(86-87)


Espero que podamos aprender a interceder por nuestros hermanos y de esta forma restaurar relaciones dentro del cuerpo del que somos parte: el cuerpo de Cristo. Espero poder aceptar con gozo este regalo que Dios nos da.

GB

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