Saludos a todos y todas,
Estamos a unos pocos días para celebrar la Semana Santa; para recordar el sacrificio de Jesús por nosotros. A veces, por la frecuencia con que hablamos de su muerte, nos hace tan familiares con las palabras que olvidamos lo difícil y doloroso que fue. No es mi intención hacer un recuento gráfico de sus sufrimientos, sino simplemente poder recordar que el Señor Jesús era totalmente humano (y al mismo tiempo era totalmente divino - un tema teológico que no me detendré a elaborar) y al ser humano estuvo sujeto al dolor como cualquiera de nosotros. Sin embargo, a pesar de todo, cumplió su cometido. En sus propias palabras "consumado es". Max Lucado lo describe en su libro "Con Razón lo Llaman el Salvador".
"Nuestra tendencia es detenernos antes de cruzar la línea final.
Nuestra incapacidad de terminar lo que comenzamos es vista en las cosas más pequeñas: Un césped parcialmente cortado. Un libro a medio leer. Cartas comenzadas pero nunca terminadas. Una dieta abandonada.
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Jesús no desistió. Pero no piense ni por un minuto que Él no fue tentado a hacerlo. Mírelo retroceder cuando oye a sus apóstoles maldecir y reñir. Mírelo llorar cuando se sienta en la tumba de Lázaro u óiganlo gemir mietras se postra en el suelo de Getsemaní.
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Por eso sus palabras son espléndidas. 'Consumado es'.
Deténgase y escuche. ¿Puede usted imaginar ese grito desde la cruz? El cielo está oscuro. Las otras dos víctimas están lamentándose. Las bocas blasfemas están calladas. Tal vez hay truenos. Tal vez llanto. Tal vez silencio... Entonces Jesús exclama. En un profundo suspiro ... grita: "¡Consumado es!"
¿Qué fue consumado? La larga historia del plan de redención del hombre estaba terminada. El mensaje de Dios al hombre estaba concluido. Las obras hechas por Jesús como hombre en la tierra estaban ahora terminadas. La tarea de seleccionar y entrenar embajadores estaba finalizada. El trabajo estaba terminado. La canción había sido cantada. La sangre había sido derrramada. El sacrificio había sido hecho. El aguijón de la muerte había sido quitado.
Estaba concluido.
¿Un grito de derrota?... No; este no es un grito de desesperación. Es un grito de finalización. Un grito de victoria. Un grito de cumplimiento. Sí, inclusive un grito de alivio.
... Y gracias a Dios que lo hizo. Gracias a Dios que soportó."
Que estas palabras nos animen a seguir adelante. Que a pesar de las circunstancias, no perdamos de vista la meta. Que, como Pablo podamos decir "he terminado la carrera" (2Ti 4:7). Pero que ante todo, recordemos en que Jesús ya todo está consumado, y eso es lo que recordamos y celebramos.
¡Felices Pascuas!
GB
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