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julio 21, 2011

Urgente o Importante

Saludos,

hace un par de días estuve trabajando algunas horas en la publicación del Pensamiento para la Semana. Cuando estaba a punto de publicar, me di cuenta que ya había citado la oración de conversión de Blaise Pascal hace un par de años. Así que la borré y en la providencia de Dios, un amigo me envió un pensamiento. Me pareció bastante bueno, y lo reproduzco incluyendo los comentarios de mi amigo Jeff Evans citando a Charles E. Hummel. Para que sea menos confuso - al menos eso espero - las palabras de Jeff están en color café y las de Hummel en azul.

El pensamiento de esta semana es de un librito llamado The Tyranny of the Urgent (La Tiranía de lo Urgente) de Charles E. Hummel. Habla principalmente a la mayoría que vive en Estados Unidos y Europa, aunque la extensión de la mentalidad del - "debo mantenerme ocupado, debo ser productivo y siempre tener más metas para tener un verdadero sentido en mi vida" - se ha extendido lejos de las fronteras de estas dos áreas infectando lugares que solían ser más relacionales y relajados en la forma de ver la vida.

Esta persuasión casi universal en Occidente - que estar ocupado o siempre estar apurado da más significado a nuestras vidas - de hecho nos roba cosas más importantes en la vida, tales como la profundidad, la satisfacción, de relacionarnos con Dios y con otros. Después de todo, ¿cómo podemos relacionarnos con Dios o con otros de no ser de una manera superficial si nunca nos detenemos lo suficiente para poner de lado la tiranía de la siguiente tarea o cita urgente, en lugar de enfocarnos en la persona frente a nosotros, escuchar atentamente a lo que están tratando de decir, y entonces compartir (con un corazón comprometido) con ellos?

Enviar apresuradamente un texto, o un "tweet" mientras corremos a nuestra siguiente cita, puede hacer que nos sintamos conectados superficialmente, pero no nos dará el grado de intimidad que nuestro corazón desea. Las interacciones superficiales llevan a relaciones superficiales, y las relaciones superficiales llevan a una vida superficial - lo cual no es lo que Dios quiere para nadie.

Para evitar la trampa de la actividad sin fin, y logramos liberarnos de la adicción de la adrenalina que nos mantiene atrapados en ese ritmo acelerado, es necesario que hagamos una re-evaluación honesta de lo que es importante (a la luz de lo eterno) ¡y una reorientación contra-cultural de nuestras prioridades y calendarios! En este sentido el señor Hummel nos ofrece un buen consejo. Disfrútenlo.

"¿Alguna vez has deseado tener un día de 30 horas? Seguramente este tiempo extra aliviaría la tremenda presión bajo la que muchos de nosotros vivimos. Nuestras vidas dejan una estela de tareas sin terminar. Cartas sin escribir, amigos sin visitar, y libros sin leer que nos persiguen en nuestros momentos más tranquilos cuando nos detenemos a evaluar lo que hemos logrado. Necesitamos alivio desesperadamente. Pero, ¿tener un día más largo resolvería verdaderamente el problema?...

Cuando nos detenemos lo suficiente para pensarlo, nos damos cuenta que nuestro dilema es más profundo que la mera carencia de tiempo. Básicamente es un problema de prioridades... Como alguna vez me dijera un experimentado gerente de una fábrica, 'El peligro más grande para ti es permitir que lo urgente desplace a lo importante.' Él no supo qué tan profundamente me impactó su consejo. Con frecuencia ha vuelto a mi mente y me asecha y me hace preguntas al crítico problema de las prioridades...

EnlaceLa libertad de la tiranía de lo urgente se encuentra no solo en el ejemplo de nuestro Señor, sino en su promesa. En un vigoroso debate con los fariseos en Jerusalén, Jesús dijo que aquellos quienes creen en él, 'si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres... ciertamente les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado... si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres.' Muchos de nosotros hemos experimentado el rescate de Jesús del castigo y poder del pecado en nuestras vidas. ¿Estamos permitiendo que nos rescate de la tiranía de lo urgente? En este mensaje él señala el camino: 'se se mantienen fieles a mis enseñanzas.' Éste es el camino a la libertad, meditar continuamente en las Escrituras todos los días y obtener la perspectiva de nuestro Señor.

P. T. Forsyth dijo una vez: 'El peor pecado es la falta de oración.' ¿Nos sorprende esta afirmación? Con frecuencia pensamos que el asesinato y el adulterio se encuentran entre las peores ofensas contra Dios y la humanidad. Pero la raíz de todo el pecado es la auto-suficiencia, o independencia de la ley de Dios. Cuando no esperamos en oración por la guía y la fortaleza de Dios, nuestras acciones están diciendo, si no es que nuestras mismas palabras, que no necesitamos a Dios. ¿Cuánto de nuestro servicio lo hacemos de hecho con nuestro propio esfuerzo?

Lo opuesto a esa independencia es la oración en la que reconocemos nuestra necesidad de la guía y el poder de Dios. Al respecto hemos visto el ejemplo establecido por Jesús en los evangelios. Él vivió y sirvió en completa dependencia de su Padre. Contrario a las creencias populares, dicha dependencia no limita o reprime la personalidad humana. Nunca somos tan completamente personales - libres para ser verdaderamente nosotros mismos - como cuando estamos viviendo en completa dependencia de Dios."

¿Te has detenido para distinguir entre lo urgente y lo importante y hacer de lo importante una prioridad? ¿Haces lo que te urge cuando deberías estar haciendo lo que es primordial y crucial? Nunca olvidaré las famosas palabras de Martín Lutero el día que estaba sumido en tareas y obligaciones: "Tengo tanto que hacer el día de hoy," dijo Lutero, "que necesito pasar las primeras tres horas del día en oración." ¡Qué consejo para el sabio! Con cuánta frecuencia tendemos a usar una tarea urgente o un itinerario sobrecargado como una razón para omitir nuestro tiempo de oración, mientras que Lutero lo usaba como un recordatorio de su necesidad de orar, y hasta más de lo que hacía normalmente. Probablemente esa es la causa por la que tendemos a olvidar el origen de nuestra fortaleza. Muchas personas con las que he hablado han confundido la descarga de adrenalina de la actividad y el sentimiento que la acompaña del 'placer de lograr algo' con el poder de Dios y la fortaleza que Él da - hasta el momento en que se quiebran. Haríamos bien al recordar que la fortaleza y enfoque continuo así como la perspectiva correcta en la vida vienen del tiempo que pasemos en su presencia. La comunión con Dios sostiene el alma y levanta el espíritu cansado. La devoción es más importante que la productividad. Dios está mucho más interesado en aquél quien llega a ser, que en aquél que alcanza sus metas. Que estar quietos y reconocer que Él es Dios es mucho más benéfico al alma, que simplemente estar ocupado.


Después de todo, como dicen las Escrituras, "el gozo del Señor es nuestra fortaleza" -- un gozo transmitido a nosotros (que nos renueva y nos sostiene) al pasar tiempo en la presencia de Aquél que nos ama y se deleita en nosotros -- aún cuando no estamos haciendo, corriendo, alcanzando o completando algo.

¿Estás ocupado? Quizá sea tiempo de pasar las siguientes tres horas en oración.


No tengo nada que agregar a lo que escribe Jeff,

Guillermo Bernáldez

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