Saludos,
continuamos con la segunda entrega de esta trilogía (fe, esperanza, caridad) que menciona Pablo en su carta a los Corintios (1Co 13:13). La vez anterior publiqué la primera parte de esta serie, que se encuentra en el libro Back to Virtue (Volviendo a la virtud) de Peter Kreeft.
En esta semana Kreeft nos hace ver la diferencia entre lo que el mundo llama comúnmente esperanza y la esperanza que tenemos como cristianos; la esperanza que nunca falla, es perfecta, eterna y totalmente confiable. Espero que les guste.
ESPERANZA
La esperanza es una virtud olvidada en nuestro tiempo, porque la esperanza significa esperanza del cielo, y la mirada de este mundo está pegada al suelo y no se atreve a elevar sus ojos a los cielos abiertos. Esperanza significa que nuestras cabezas no golpean contra el techo bajo de este mundo; esperanza significa que los vigorizantes, maravillosos y aterradores vientos del Cielo soplan en nuestros oídos.
De manera más concreta, esperanza es fe dirigida al futuro. Dios es el objeto de nuestra esperanza, de la misma manera que Dios es el objeto de nuestra fe. Así como la revelación, resumida en los credos de la Iglesia, define o expresa la estructura de la fe, así la revelación de Dios a través de sus muchas promesas (hay más de 300 promesas diferentes en las Escrituras), define la estructura de la esperanza. Ni la fe ni la esperanza es un sentimiento vago, rudimentario, subjetivo. Ambas son respuestas definitivas, respuestas afirmativas a la iniciativa de Dios, la revelación de Dios, la misma, clara, específica Palabra verbal de Dios a nosotros. No es un simple "Yo creo", sino "Yo creo a Dios, al Dios revelado en las Escrituras, el Dios revelado en Cristo." No es un simple "Yo espero", sino un "Yo espero en Dios, el Dios revelado en las Escrituras; yo espero todas las promesas que Dios nos ha dado."


74-76
Kreeft tiene razón, nuestra esperanza como hijos de Dios es mucho mayor que la que podemos esperar del mundo; es más, es muy superior a lo que el mundo puede siquiera imaginar, porque esta esperanza va más allá del mundo.
Es mi deseo que esta lectura te dé ánimo en caso de que estés pasando por un momento difícil. Si tu situación no es complicada, también puedes abrazar esta esperanza que nunca decepciona y que sólo nuestro Padre celestial puede ofrecer. No lo dudes, ve a él.
Con la esperanza puesta en Él,
Guillermo Bernáldez Flores.
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