sin duda David Platt, autor de Radical, Sígueme y Contracultura es uno de los jóvenes pastores que más está desafiado a la iglesia en tiempos recientes con su enfoque en la proclamación del evangelio. Su pasión es evidente y la transmite cada vez que está frente a su iglesia.
El pensamiento de esta semana viene de una parte de uno de sus sermones en el que nos ayuda a reconocer qué es la arrogancia en lo que respecta a la afirmación de un único Dios, especialmente en medio de un mundo en el que las afirmaciones absolutas del conocimiento de la verdad son vistas con sospecha y, en general, rechazadas y reprobadas.
Creo que Platt tiene un buen argumento para desafiarnos a no dejarnos intimidar por esta fuerza cultural. Puedes ver y escucharlo (en inglés) en esta liga, o copia y pega esta dirección en tu navegador, http://www.churchleaders.com/pastors/videos-for-pastors/259525-david-platt-silence-arrogance.html. Espero que lo disfrutes y te sientas motivado a proclamar el evangelio en donde te encuentres.
"Un día miro alrededor mío; un mar de gente en el norte de
India. Y pienso… pensé para mis adentros,
¿quién soy yo para viajar hasta acá para decirles a estas personas lo que
necesitan creer? ¿Quién soy yo para
decirles que sus dioses son falsos – ya sean musulmanes, hindúes, budistas,
sijes o cualquier otro dios – porque Jesús es el único Dios verdadero? ¿Quién soy yo para decirles a estos 597
millones de personas que no son cristianas – 99.5% del norte de India – a estos
597 millones de personas que están a mi alrededor en ese momento que si no se
arrepienten de sus pecados y ponen su fe en Jesús, cada uno de ellos pasará la
eternidad en el infierno?
Permítanme decirles que uno se siente extremadamente
arrogante; completamente falto de amor e incómodamente insolente; afirmar que
597 millones de personas – hindúes, musulmanes, budistas, sijes – alrededor mío
en ese momento, irán al infierno si no confiesan con su boca que Jesús es el
Señor y creen en su corazón que Dios lo levantó de entre los muertos. Y entonces le digo a la gente, ciertamente
esa afirmación sería arrogante, falta de amor e insolente a menos que esta
afirmación sea cierta. ¿No es esto lo
que dijo Pablo en su primera carta a la iglesia de Corinto (1Co 15:12-19) , que si Jesús no se levantó de los
muertos, los cristianos deben recibir compasión entre los hombres, y lo peor
que podemos hacer es invitar a otras personas a basar su fe en una mentira? Si Jesús no resucitó, no tiene sentido – es
completamente irracional ir alrededor del mundo diciéndole a la gente que deben
seguir a Jesús o encarar al infierno.
Pero, si Jesús sí se levantó de entre los muertos; si únicamente Jesús ha
pagado el precio del pecado de los hombres; si únicamente Jesús ha conquistado
el pecado, la muerte y la tumba, entonces ir alrededor del mundo y proclamar a
las personas acerca de Jesús es la única cosa que tiene sentido.
Si
Jesús sí resucitó de entre los muertos, el clímax de la arrogancia es quedarse
sentado en silencio mientras 597 millones de hindúes, musulmanes, budistas y
sijes en el norte de India se encaminan al infierno.
Y es el
epítome del odio el no sacrificar nuestras vidas para proclamar estas buenas
noticias a cada persona que conocemos y a cada grupo étnico en el planeta. Cuando conoces este evangelio, tú hablas de
este evangelio. Cuando tú crees en la
resurrección de Jesús, tú proclamas la resurrección de Jesús. Privatizar la fe en el rey que ha resucitado
es prácticamente inconcebible..."
La pregunta de fondo es si en realidad creemos el relato bíblico, en especial su muerte, su resurrección y la efectividad de estos para pagar por los pecados de cada uno de nosotros.
Si llegamos a una conclusión afirmativa, tomemos en serio el desafío de ser testigos de estas verdades y proclamemos la esperanza que hay en Jesús.
Guillermo Bernáldez Flores