sin duda el tema de la alabanza es un tema recurrente en muchas iglesias locales y congregaciones. Parece en muchos lugares se ha vuelto un fin, en lugar de un medio. La imagen, el tipo de música, el volumen, el número de personas envueltas, la inversión en los instrumentos musicales, etc., se han vuelto el centro.
Richard Foster, en su libro "Celebration of Discipline" (Disciplinas Espirituales) nos recuerda que un verdadero encuentro con Dios, genera un cambio profundo y permanente en las personas. Me parece que su observación es acertada ante la confusión que existe en cuanto a lo que la alabanza debe ser. Espero que lo disfruten.
"De la misma manera en la que la alabanza comienza con una expectación santa, ésta termina en obediencia santa. Si la alabanza no nos impulsa a una obediencia mayor, no ha sido alabanza. Estar frente al Santo Dios de la eternidad es cambiar. Los resentimientos no pueden mantenerse con la misma tenacidad cuando hemos entrado en su luz de gracia. Como dice Jesús, necesitamos dejar nuestra ofrenda en el altar e ir a arreglar la situación (Mt 5:23-24). Hay en la alabanza un poder aumenta y logra entrar en el corazón del santuario, una compasión mayor crece en el alma. Alabar es cambiar.
La obediencia santa evita que la alabanza se vuelva una droga, un escape de las presiones de la vida moderna. La alabanza nos capacita para que escuchemos claramente el llamado al servicio de tal manera que respondemos 'Aquí estoy. ¡Envíame a mí!' (Is 6:8). La verdadera alabanza nos empuja a unirnos a la guerra del Cordero contra los poderes demoniacos en todo lugar - a nivel personal, en el nivel social, en el nivel institucional. Jesús, el Cordero de Dios, es nuestro comandante en jefe. Recibimos sus órdenes para servir y para ir '... conquistando y para conquistar... con la palabra de verdad... regresando bien por mal, luchando con Dios contra la hostilidad, con oraciones y lágrimas de día y de noche, con ayuno, con llanto y lamentación, con paciencia, con fidelidad, con verdad, con amor no fingido, y con todo el fruto del Espíritu, para que en todas formas podamos vencer el mal con el bien... ' [James Nayler]. Que en todas las cosas y en todas las formas hagamos exactamente lo que Jesús dice porque tenemos una obediencia santa que ha sido cultivada a lo largo de años de experiencia.
William Sperry dice, 'La alabanza es una aventura deliberada y disciplinada a la realidad.' No es para el tímido o el cómodo. Involucra una apertura y una vida aventurada con el Espíritu. Hace que toda la parafernalia religiosa de templos y sacerdotes y ritos y ceremonias ... todas irrelevantes. Envuelve el deseo de 'Permitir que la palabra de Cristo more ricamente en ti, al tiempo que mutuamente se enseñan y exhortan en sabiduría, y mientras cantan salmos e himnos y cantos espirituales con acción de gracias a Dios en nuestro corazón' (Col 3:16)."
La Biblia dice que Dios busca adoradores en espíritu y verdad (Jn 4:23-24), estos no sólo son aspectos requeridos al momento de la alabanza, también se reflejan en toda nuestras vida: escuela, trabajo, hogar, comercio, calle, etc. Es por eso que el cambio no es únicamente interno e individual, sino en todas las áreas en las que los seguidores de Jesús participamos.
Nuestra alabanza no está limitada a los momentos en los que cantamos; nuestra vida entera debe ser una alabanza permanente a nuestro Padre y Creador.
¡Que nuestra vida pueda ser una alabanza verdadera!
Guillermo Bernáldez
Es una realidad, debemos honrar a Dios con nuestro estilo de vida diario y no solo en la congregación a manera de escape de la realidad, debemos ser transformados, llevando la presencia de Dios en nuestras vidas de manera que quien nos vea pueda verle a Él y así agrademos a nuestro Señor y le compartamos con quien aún no le conoce. Gracias por compartir.
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