Saludos,
la lectura de esta semana ha sido muy desafiante para mí. Me ha ayudado a darme cuenta qué tanto he racionalizado mis pecados. Me da miedo orar de la manera en la que sugiere Oswald Chambers en su excelente libro "The Servant as his Lord" (El Siervo como su Maestro).
Una lectura definitivamente desafiante para aquellas personas que quieren descubrir, por un lado, lo extremadamente difícil que es vivir en el tipo de santidad que Dios requiere y juzga, y por el otro, la profundidad y extensión de su gracia y amor. Es posible que uno piense que vive por vivir una vida sin alteraciones o "grandes pecados", uno ya está viviendo conforme a la voluntad de Dios. ¿Será cierto?
He escuchado a algunas personas - algunos pastores incluidos - que creen que han logrado vivir una santidad perfecta. Cuando los he escuchado me pregunto, "entonces, ¿para qué quieren a Jesús? Ya no lo necesitan."
Imagino que esta oración les daría una perspectiva más profunda de la pecaminosidad del corazón de las personas. Que lo disfruten.
"Examíname, oh Dios, y sondea mi corazón; ponme a prueba y sondea mis pensamientos..." Sal 139:23-24 [sic]
"Encontrar un persona sincera es mucho más difícil de que uno pudiera suponer. Nadie, sólo un tonto un alma sincera diría esta oración - 'Examíname, oh Dios, sondéame totalmente hasta lo más profundo, hasta las más íntimo de mis pensamientos e imaginación. Escrutíname una y otra vez hasta que yo sepa que me conoces tan absolutamente, que pueda ser salvo de mis propios caminos y llevado al tuyo.' Cualquier persona que hace esta oración, tendrá respuesta.
El Salmo 139 establece delante de nosotros la experiencia más profunda de la vida de una persona con Dios. Es un momento maravilloso en la vida de una persona cuando ella sabe que es explorada por Dios. La tendencia introspectiva en nosotros que nos hace querer examinarnos a nosotros mismos y conocer lo que fluye de nuestros pensamientos y motiva nuestro corazón toma la forma de una oración con el salmista. Él habla de Dios como el Creador de un vasto universo fuera de él, de su omnipotencia y omnipresencia, pero él no termina ahí. Existe algo infinitamente más misterioso para el salmista que el universo fuera de él, y ese es el misterio de su propia alma. 'Existen cimas de montañas en mi alma que no puedo escalar, profundidades oceánicas que no puedo sondear; existen posibilidades dentro que me aterran, por lo tanto, examíname, oh Dios.' Eso es una intercesión introspectiva.
Debemos vivir siendo examinados por Dios, y si quieres saber cómo es el escrutinio de Dios, escucha a Jesús: 'Porque de adentro, del corazón humano, salen los malos pensamientos...', y le sigue un escabroso catálogo de cosas que pocos de nosotros conocemos en nuestra vida consciente, y por lo tanto nos sentimos indignados y resentidos por el diagnóstico de Jesús - 'Yo nunca me he sentido como un homicida, o un adúltero, por lo tanto esas cosas no pueden estar en mí.' Hablar de esta forma es una prueba de qué tan grave es nuestra ignorancia acerca de nosotros mismos. Si preferimos confiar en nuestra inocencia ignorante que pasar el veredicto del único Maestro del corazón humano que existe, le estamos diciendo que él no sabe de lo que está hablando. Lo único correcto por hacer es escuchar a Jesús y entonces entregar nuestros corazones a Dios para que los examine y los guarde, y llenos del Espíritu Santo, entonces lo maravilloso es que nunca necesitaremos saber por experiencia la verdad de la revelación de Jesús acerca del corazón humano. Pero si confiamos en nuestra propia justicia y sabiduría, puede ocurrir una erupción en nuestra vida personal y descubriremos con horror indescriptible que lo que Jesús dijo es aterradoramente verdad.
... el apóstol Pablo estuvo en la cruz de Cristo y ahí aprendió un secreto que le hizo decir - 'jamás se me ocurra jactarme de otra cosa sino de la cruz de nuestro Señor Jesucristo' (Ga 6:14), porque es por medio de esa cruz que Jesús puede presentarnos sin mancha ante el trono de Dios... Ese es el significado de la expiación en lo que se refiere a nuestra experiencia personal; ninguna persona lo hace si no es por la soberana gracia de Dios. Si no hemos entendido el significado del tremendo aspecto moral de la expiación es porque nunca hemos hecho esa oración ' Examíname, oh Dios'. ¿Somos lo suficientemente sinceros para pedirle a Dios que nos examine, y lo sinceramente honestos para someternos a lo que arroje tal examen?
No he podido sacarme de la cabeza esta sección del libro. Es un gran desafío. Hay momentos en los que quiero hacer la oración y no puedo... de eso, también tengo que arrepentirme y pedir perdón. Pero también entiendo el gran amor que Dios tiene por cada uno de nosotros; el amor que tiene por mí, un pecador.
Jesús dijo que la persona a la que se le perdona mucho, ama mucho como consecuencia (Lc 7:47), por eso te invito a que aunque tu deseo sea hacer caso omiso de la invitación de Chambers, hagas la oración. Si bien es terrible tener que enfrentar la propia pecaminosidad, hay un gran alivio y gozo en el perdón de nuestro Padre amoroso.
En la gracia de nuestro Padre,
... el apóstol Pablo estuvo en la cruz de Cristo y ahí aprendió un secreto que le hizo decir - 'jamás se me ocurra jactarme de otra cosa sino de la cruz de nuestro Señor Jesucristo' (Ga 6:14), porque es por medio de esa cruz que Jesús puede presentarnos sin mancha ante el trono de Dios... Ese es el significado de la expiación en lo que se refiere a nuestra experiencia personal; ninguna persona lo hace si no es por la soberana gracia de Dios. Si no hemos entendido el significado del tremendo aspecto moral de la expiación es porque nunca hemos hecho esa oración ' Examíname, oh Dios'. ¿Somos lo suficientemente sinceros para pedirle a Dios que nos examine, y lo sinceramente honestos para someternos a lo que arroje tal examen?
(46-50)
No he podido sacarme de la cabeza esta sección del libro. Es un gran desafío. Hay momentos en los que quiero hacer la oración y no puedo... de eso, también tengo que arrepentirme y pedir perdón. Pero también entiendo el gran amor que Dios tiene por cada uno de nosotros; el amor que tiene por mí, un pecador.
Jesús dijo que la persona a la que se le perdona mucho, ama mucho como consecuencia (Lc 7:47), por eso te invito a que aunque tu deseo sea hacer caso omiso de la invitación de Chambers, hagas la oración. Si bien es terrible tener que enfrentar la propia pecaminosidad, hay un gran alivio y gozo en el perdón de nuestro Padre amoroso.
En la gracia de nuestro Padre,
Guillermo Bernáldez