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junio 08, 2011

Antesala a la Amistado con Dios


Saludos,

NOTA: antes de presentar el pensamiento para esta semana, quiero agradecer la paciencia por la irregularidad en los tiempos que he tomado para publicar pensamientos. Me gustaría aclarar que son temporales hasta la segunda semana de julio cuando terminemos de mudarnos a México. Nuevamente gracias y en la medida de lo posible seguiré publicando semanalmente.


El pensamiento de esta semana es del libro escrito por Stanley Hauerwas y Jean Vanier titulado Living Gently in a Violent World (Viviendo Apaciblemente en un Mundo Violento) y cuyo subtítulo es: El testimonio profético de la debilidad. Pero la cita de hoy viene de la introducción y ésta fue escrita por John Swinton que es profesor de teología práctica y cuidado pastoral en la escuela de divinidades (seminario) de la Universidad de Aberdeen en Inglaterra. Por eso Swinton dice que parte de su trabajo "ha incluido escuchar cuidadosamente a personas con discapacidades." Esto le ha dado una perspectiva muy diferente a la que la mayoría de nosotros tenemos.

Cuando nos enfrentamos al dolor y al sufrimiento siempre surgen preguntas de las razones por lo que esto sucede, y como cristianos nos preguntamos por qué Dios lo permite. Swinton en su introducción nos habla de la vida de una chica llamada Dianne que habla de la forma en la que ella conoce a Dios y se ve a sí misma frente a él. Para poder entender lo que dice Dianne, es necesario que recordemos que es una persona con síndrome de Down - que tengamos en cuenta la forma en que estas personas se comunican y cómo muchas veces sentimos que están tan desconectadas de este mundo "real". Espero que lo disfruten.

"Dianne, una mujer joven con síndrome de Down, también nos desafía a ver el mundo de una forma diferente. Cuando le piden que describa cómo experimenta su espiritualidad, Dianne dice, 'Nací con un agujero en el corazón. Cuando era pequeña necesitaron taparlo y estuve muy mal. Es probable que sea por esto que siempre me he sentido especial... Dios es mi mejor amigo. Dios me hizo especial porque yo era especial para él.

Quizá lo más sorprendente de la descripción de Dianne acerca de su relación con Dios es la forma en que ella cambia la narrativa cultural de la discapacidad y la pone de cabeza, en contra de muchas ideas prevalentes acerca del sufrimiento y la compasión. Por ejemplo, una discusión teológica tradicional de alguien en la situación de Dianne se enfoca en la teodicea: '¿Cómo puede un Dios que es bueno y amoroso permitir tal deformación y sufrimiento?' Por otro lado, nuestras suposiciones culturales liberales con frecuencia insisten, '¿No es mejor y más compasivo si no se permite que estas personas existan?' Dianne no permite que dichas posiciones se disfracen de ortodoxia; ella narra nuevamente los mitos culturales y teológicos, y re-enmarca su discapacidad a la luz de la verdad del amor de Dios hacia ella tal y como es.

En lugar de preguntarse si Dios es bueno y amoroso, la discapacidad de Dianne la lleva a la misma presencia de Dios y la hace verse a sí misma como especial. La sociedad con frecuencia utiliza el término especial en forma negativa ('necesidades especiales', educación especial'), pero Dianne la ubica en el plano del amor. Reconocer lo especial que somos cada uno de nosotros es una antesala a la amistad con Dios."
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Me sentí muy impresionado por la descripción que hace Dianne de sí misma, de considerar a Dios su mejor amigo. Si bien parte de la intención en la selección de este texto es hacernos sensibles al mundo de los "diferentes" - ya sea por enfermedad, costumbres, posición social, etc., lo cual creo que es parte de nuestro llamado. Pero más importante es poder reflexionar en las situaciones dolorosas que experimentamos - pérdida de un ser amado, carencias económicas, burlas, soledad, enfermedad, o cualquier otra cosa que nos "discapacita" - nos ayuden a entender que Dios nos ama y que por eso nos permite experimentarlas. La razón es que en medio de todas las circunstancias adversas, Dios nos permite conocerlo mejor porque entonces podemos entender que no dependemos de nuestras destrezas, habilidades y posesiones, sino que en todo dependemos de nuestro amoroso Padre.


Orando para que podamos estar pacientemente en la "antesala" de la amistad con Dios.

Guillermo Bernáldez

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