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mayo 17, 2011

La Ley de Dios

Buen día,

la cita para pensar, o meditar, esta semana es de uno de mis profesores favoritos en el seminario: Mark D. Futato. Su amor por Dios y por las personas hizo de sus clases de Antiguo Testamento y Hebreo algo más que sólo teoría - una experiencia que nos invitaba a vivir de la misma forma.
Su libro
Transformed by Praise (Transformado por la Alabanza) se enfoca en el mensaje y el propósito de los Salmos. Es un libro bastante accesible y al mismo tiempo profundo - algo que Mark hace muy bien.

El tema central es la
ley de Dios. Mark nos hace ver que la palabra ley viene de la palabra hebrea torah, pero que "todos los diccionarios de hebreo listan esta palabra como enseñanza o instrucción, también y aun antes de la palabra ley. Además el verbo relacionado con el sustantivo torah significa 'enseñar' o 'instruir.'" Mark concluye que "torah significó en primer lugar 'instrucción' para luego pasar a significar 'instrucción establecida' o 'ley.'" Menciono esto para que no se confunda contenido de esta cita como una apología de la ley como un medio para alcanzar la salvación. No, el tema tiene que ver con el propósito que Dios tiene en la ley que nos ha dado a través de la Biblia.

Otra observación que quiero hacer es que la liga del Salmo 112 está en la Versión Reina-Valera Contemporánea (RVC). Siempre he preferido usar la Nueva Versión Internacional (NVI), pero la edición de la NVI es confusa porque el alfabeto hebreo aparece junto al texto del salmo y prefiero dar prioridad a la claridad. Después de esta larga introducción, espero que disfruten de la cita.

"La instrucción y el deleite no siempre van juntos en las mentes de las personas, pero ellas iban de la mano en las mentes de los salmistas [recuerda que el libro de los Salmos fue escrito por varias personas además de David - Asaf, los hijos de Coré, Salomón, etc.]. El Salmo 1:2 prepara el escenario cuando dice que 'en la ley (la instrucción) del Señor se deleita.' La bienaventuranza del Salmo 1 es también, ..., el mismo tema del Salmo 112, y el Salmo 112:1 nos conduce a deleitarnos en la instrucción de Dios,

Dichoso el hombre que teme al Señor,
el que halla gran deleite en sus mandamientos. (NVI)

Este deleite en la instrucción de Dios corre como un hilo de oro a través del Salmo 119. En este Salmo se dice nueve veces que la instrucción de Dios es nuestro deleite (vv. 16, 24, 35, 47, 70, 77, 92, 143, 174). Y nueve veces se menciona que la instrucción de Dios es el objeto de nuestro amor (vv. 47, 48, 97, 113, 119, 127, 159, 163, 167). Nos deleitamos en la instrucción de Dios porque la amamos (Sal 119:47), y la amamos porque, entre otras razones, sabemos que su instrucción es el camino a la vida y a la paz (Sal 119:77, 165). Vivir y mantener las instrucciones de Dios es el camino a la vida abundante.

El bienestar y el éxito de los que habla el Salmo 1 vienen a nosotros a través de nuestro deleite en la instrucción de Dios. Josué 1:8 dice, 'Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; ... Así prosperarás y tendrás éxito.' Es nuestro deleite porque nos guía al éxito y a la bendición (ve también 1 Cr 22:13).

Así los Salmos nos envían un llamado a deleitarnos en la instrucción de Dios. Su instrucción es buena. y es para nuestro propio beneficio. Su instrucción no nos limita ni nos restringe. La Biblia no dice que conoceremos la verdad y la verdad nos limitará y nos restringirá de alcanzar todo tu potencial en esta vida. En lugar de eso dice 'y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres' (Juan 8:32). Libre para vivir. Libre para alcanzar tu propósito divino. Libre para experimentar la vida abundante que Jesús vino a darnos.

Este deleite en la instrucción de Dios tiene un lado emocional. El deleitarse en la instrucción de Dios es el disfrutar esa instrucción, como dice el Salmo 119:111:

Tus estatutos son mi herencia permanente;
son el regocijo de mi corazón.

Además de esto, el deleite en la instrucción de Dios tiene un lado práctico. Un efecto práctico de deleitarnos en la instrucción de Dios es el hábito de meditar en esa instrucción..."
(86-87)

La palabra ley dentro del cristianismo no siempre tiene una buena aceptación porque nos remite al legalismo, al fariseísmo, etc. Sin embargo el entendimiento de esta palabra como lo que Dios nos enseña a hacer nos permite entender estos textos de una forma más clara. Es por eso que podemos alegrarnos y regocijarnos en ella. Pero debemos tener cuidado de hacerlo con la motivación correcta: amar y glorificar a Dios y no por conveniencia. Es cierto que Dios nos promete éxito y bendición, pero primero debemos buscar el reino de Dios y su justicia.

También debemos recordar que las palabras bendición y éxito en la Biblia no son necesariamente lo que el mundo piensa de ellas. Jesús es el bendito de Dios y su vida en estándares humanos occidentales contemporáneos dista mucho de ello. Ni siquiera tenía un lugar para dormir - ni pensar en casas, posesiones, tarjetas oro y platino, tampoco gozaba de ser miembro VIP, excepto para Dios y los rechazados.


Nos gusta pensar que amamos la Palabra de Dios y su instrucción. Pero Mark está en lo correcto, la forma de asegurarnos que esto es cierto es el tiempo que dedicamos a meditar en ella. No una lectura apresurada - tal vez para cumplir con objetivos como leerla en un año o algo así - sino de separar un tiempo específico para adentrarnos en su estudio y meditación.

Como en otros pensamientos, esto es algo que yo mismo tengo que disciplinarme ¿y tú?

Guillermo Bernáldez

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