Saludos,
El pensamiento para esta semana es acerca del amor que Dios, a través de su Santo Espíritu genera en cada uno de sus hijos e hijas. Sin lugar a dudas los medios masivos de comunicación han distorsionado el concepto del amor que enseña Dios a través de la Biblia.
Andrew Murray, en el primer capítulo de su libro Absolute Surrender (Rendición Absoluta) nos recuerda una y otra vez que "el amor es fruto del Espíritu." Esto es muy pertinente especialmente ahora en que el egocentrismo y el egoísmo son vistos como algo normal y hasta saludable. Cuando leí este texto recordé las palabras de Jesús acerca del amor que da la vida por sus amigos, y lo califica como el amor más grande que existe (Ju 15:13). Que lo disfruten.
"El Yo es la gran maldición, ya sea en su relación con Dios, con nuestros semejantes en general, o con otros cristianos, pensando en nosotros mismos y buscando nuestro propio bien. El Yo es la mayor maldición. Pero, gracias a Dios, Cristo vino a redimirnos de el Yo. Algunas veces pensamos en la salvación de la vida del Yo - y gracias a Dios por cada palabra que puede decirse al respecto para ayudarnos. Pero me temo que algunas personas piensan que la salvación de la vida del Yo significa que desde ahora no van a tener ningún problema para servir a Dios. Olvidan que la salvación de la vida del Yo significa ser un vaso rebosante de amor hacia todos durante todo el día.
Y esa es la razón por la que muchas personas que oran por el poder del Espíritu Santo, reciben algo, pero ¡oh, tan poco! porque ellos oran por el poder para trabajar, y poder para ser de bendición, pero ellos no han orado por el poder para una salvación completa del Yo....
En ocasiones, muchos de nosotros tratamos de orar. Nos esforzamos para amar, y no digo que esto esté mal. Pero el resultado siempre es muy triste. 'Fallo continuamente,' deben confesar muchos. Y ¿cuál es la razón? La razón simplemente es - ellos nunca han aprendido a creer y aceptar que el Espíritu Santo puede verter el amor de Dios en su corazón. El bendito texto ha sido frecuentemente limitado! - 'Dios ha derramado su amor en nuestro corazón' (Rom 5:5). Generalmente se ha entendido así: El amor de Dios hacia mí. ¡Oh, qué limitación! Ése es sólo el principio. El amor de Dios siempre es el amor de Dios en su totalidad, en su plenitud como su poder que nos habita. Es un amor de Dios hacia mí que abunda y regresa a Él en amor, y sobreabunda hacia mis semejantes en amor - el amor de Dios hacia mí, y mi amor a Dios, y mi amor a mis semejantes. Los tres son uno; y no pueden ser separados."
Murray continúa preguntando:
¿Por qué una oveja siempre es mansa? Porque ésa es su naturaleza. ¿Se tiene que esforzar la oveja para ser mansa? No. ¿Por qué le es tan fácil? Ésa es su naturaleza. Y un lobo - ¿por qué un lobo no tiene que esforzarse para ser cruel, y clavar sus colmillos en la pobre oveja? Porque ésa es su naturaleza. El lobo no tiene que acumular agallas; ahí está la naturaleza del lobo.
¿Y cómo puedo aprender a amar? No puedo aprender a amar hasta que el Espíritu de Dios llene mi corazón del amor de Dios, y así yo comience a desear el amor de Dios de una manera muy diferente al que hasta ahora he deseado de una manera egoísta - como comodidad, gozo, y placer para mí mismo. No lo puedo aprender hasta que me de cuenta que 'Dios es amor' y a declararlo y recibirlo como un poder de auto-sacrificio. No puedo amar hasta que comience a ver que mi gloria y mi bendición es ser como Dios y como Cristo, en dar todo lo que tengo por mis semejantes. ¡Quiera Dios enseñarnos esto! ¡Oh, la divina bendición del amor con el que el Espíritu Santo puede llenar nuestros corazones! 'El fruto del Espíritu es amor.'"
(28-30)
Personalmente me cuesta trabajo pensar en los otros antes que en mí mismo. Digo que amo a las personas. Y creo que lo digo honestamente, pero cuando llega el momento de elegir entre sacrificarme o disfrutar, mi respuesta generalmente muestra que me doy prioridad a mí mismo. Vivimos en un tiempo en el que es muy común escuchar frases como "lo más importante eres tú", "realízate", etc. Ellas sólo refuerzan el amor propio, que no digo que sea malo en sí mismo. Pero muchas veces ese amor se limita a mí mismo. Pensar en el auto-sacrificio es algo que muchas veces no pasa por mi mente.
Entiendo que la gracia de Dios cubre estas deficiencias y otras muchas más, pero no deja de ser un punto en el que debo poner atención... mucha atención.
Espero que podamos mostrar el amor con el que Dios nos ha bendecido.
Guillermo Bernáldez
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