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enero 25, 2012

Cuando el Espíritu toca al espíritu

Saludos,
       El pensamiento para esta semana es de un libro que me regaló Janelle (mi esposa) cuando nos volvimos a encontrar después de seis años.  Es uno de los libros más desafiantes que he leído, y es que es acerca de disciplina, y específicamente de disciplinas espirituales.  
 
       Richard Foster es el autor de Celebration of Discipline [Celebración de la Disciplina].  La cita de hoy es acerca de la alabanza y de la libertad que tenemos para alabar.  Es decir que uno puede alabar cantando himnos clásicos de la misma manera que uno puede alabarlo con música contemporánea.  Dios ve la disposición del corazón de cada persona.

       Foster también habla de algo muy importante: Dios siempre toma la iniciativa.  Nuestra alabanza sólo es una respuesta ante el reconocimiento de Dios.  Por último, nunca debemos olvidar que Dios es el objetivo en la alabanza. Que lo disfruten.

       "Alabar es experimentar la Realidad, tocar la Vida.  Es saber, sentir, experimentar al Cristo resucitado en medio de la comunidad reunida.  Es irrumpir en la Shekinah [la gloria de Dios habitando en medio de su pueblo] de Dios, o dicho de mejor manera, ser invadido por la Shekinah de Dios.
 
       Dios está buscando activamente personas que lo alaben.  'los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre busca que lo adoren tales adoradores.' (Jn 4:23), [énfasis de R. Foster].  Es Dios quien busca, atrae, persuade.  Alabanza es la respuesta humana a la iniciativa divina.  En Génesis Dios caminó in el jardín, buscando a Adán y a Eva.  En la crucifixión Jesús atrajo a hombres y mujeres a él (Jn 12:32).  La Escritura está repleta de ejemplos de los esfuerzos de Dios para iniciar, restaurar y mantener el compañerismo con sus hijos.  Dios es como el padre del hijo pródigo quien al ver a su hijo a lo lejos, corrió para recibirlo en su casa.

       Alabanza es nuestra respuesta a las propuestas de amor del corazón del Padre.  El centro de su realidad se encuentra 'en espíritu y verdad.'  Se enciende dentro de nosotros solo cuando el Espíritu de Dios toca nuestro espíritu humano.  Las formas y rituales no producen alabanza, como tampoco lo produce el desuso de formas y rituales.  Podemos usar todas las técnicas y métodos correctos, podemos tener la mejor liturgia posible, pero no habremos alabado al Señor hasta que el Espíritu toque al espíritu.  Las palabras del coro, 'Libera mi espíritu para que te alabe' revelan la base de la alabanza.  Hasta que Dios toque y libere nuestros espíritus podremos entrar en este reino.  Cantar, orar, adorar llevan a la alabanza, pero la alabanza es más que cualquiera de ellos.  Nuestro espíritu debe estar encendido por el fuego divino.

       Como resultado, no necesitamos estar demasiado preocupados por la forma correcta de alabar.  El tema de alta o baja liturgia [cultos muy elaborados o muy espontáneos], esta forma o aquella, es periférico más que central.  Sabemos esto cuando nos percatamos que en ninguna parte del Nuevo Testamento se prescribe alguna forma específica para alabar.  De hecho, lo que encontramos es una libertad que es increíble para las personas con raíces tan profundas como las que había en el sistema litúrgico de la sinagoga.  Ellos tenían la realidad.  Cuando el Espíritu toca el espíritu, el tema de la forma es totalmente secundario.

       Decir que las formas son secundarias no es lo mismo que decir que ellas son irrelevantes.  Mientras seamos seres humanos finitos debemos tener formas.  Debemos tener 'odres' que darán cuerpo a nuestra experiencia de alabanza.  Pero las formas no son la alabanza; ellas sólo nos llevan a la alabanza.  Somos libres en Cristo para usar cualquier forma que nos ayude en la alabanza, y si alguna forma es un obstáculo, lástima por la forma.


       Jesús contesta la pregunta de a quién debemos alabar.  'Al Señor tu dios adorarás y sólo a Él servirás' (Mt. 4:10).  El único Dios verdadero es el Dios de Abraham, Isaac, y Jacob; el Dios que reveló Jesús.  Dios dejó claro su odio por cualquier tipo de idolatría colocando un mandamiento incisivo al inicio del Decálogo.  'No tendrás dioses ajenos delante de mí' (Ex 20:3).  La idolatría no consiste únicamente postrarse delante de objetos visibles para adorarlos.  A. W. Tozer dice, 'la esencia de la idolatría pensar continuamente acerca de Dios en formas que no son dignas de Él' ...

       Desesperadamente necesitamos ver quién es Dios: leer acerca de su auto-revelación a su antiguo pueblo Israel, meditar en sus atributos, ver la revelación de su naturaleza en Jesús.  Cuando vemos al Señor de los ejércitos 'exaltado en lo alto', consideremos su sabiduría y conocimientos infinitos, maravillados ante su misericordia y amor insondables, no podemos evitar ser movidos a alabarlo."
(158-160) 

       Para que la Iglesia en general - representada en todas sus denominaciones - pueda amarse como Jesús lo indicó, es la aceptación de diferentes expresiones y formas de alabanza.  Éstas son secundarias y sujetas a factores circunstanciales de cada persona: culturales, geográficos, sociales, etc.



       Al final, no importa si suena bien o no; si se usan instrumentos acústicos, eléctricos o no hay instrumentos; si se aplaude o no; si se está de pié o sentado; etc.  Dios ve el corazón sincero y dispuesto.

       Alabado sea el nombre de nuestro Dios

       Guillermo Bernáldez

enero 10, 2012

El Dios Vivo

       Saludos, 
        para esta semana tenemos una cita breve que nos recuerda la magnificencia de nuestro Padre, Dios en las palabras de  George Fox.  Fox nació en Inglaterra en 1624 y fue el fundador de los cuáqueros y es considerado uno de sus líderes más prominentes.  

       Richard Foster y James Bryan Smith en su libro Devotional Classics (Clásicos Devocionales) hacen una selección de varias de sus cartas pastorales, de donde cito la siguiente.  Que la disfruten.


       "Él es el Dios viviente, que viste la tierra con pasto y hierbas, hace que los árboles crezcan y produzcan alimento para ti, y hace que los peces del mar respiren y vivan.  Él hace que las aves que vuelan se reproduzcan y hace que el ciervo y la gacela, y todas las bestias para que puedan ser alimento para ti.  

       Él es el Dios viviente, que hace que el sol te dé su calor, y te abrace cuando tienes frío.

       Él es el Dios viviente, que hace que la nieve y el hielo se derritan, y hace caer la lluvia sobre las plantas.  

       Él es el Dios vivo, que hizo el cielo yla tierra, las nubes, hace que brote agua de entre las rocas, y separó el gran mar de la tierra.  

       Él separa la luz de la oscuridad, a lo que llamamos día y noche, y dividió las grandes aguas de la tierra, las juntó, llamó mar a las grandes aguas y tierra  al suelo seco.  

       Aquél que hace esto debe ser alabado.  Él es el Dios vivo que te da aliento, vida y fuerza y te da las bestias y el ganado para que te puedas alimentar y vestirte.  Él es el Dios vivo, y Él debe ser alabado.

       Él es el Rey de reyes y Señor de señores, en cuya mano está el aliento de toda la humanidad. 
[Carta 292]
(218-219)



       Sin duda nuestro Dios es el Dios vivo, que hace portentos y nos ama a pesar de nuestras faltas.  


       Guillermo Bernáldez

enero 05, 2012

Los Ídolos de Hoy

      Saludos y feliz año,

la mayoría de nosotros comenzamos el año con propósitos, metas, proyectos e ilusiones.  Algunos son más tenaces que otros, otros no serán lo suficientemente persistentes para seguir adelante, otros más serán interrumpidos por diferentes circunstancias.  

       El pensamiento de esta semana tiene que ver con las cosas que buscamos o deseamos.  La mayoría de los teólogos están de acuerdo en que esto en sí no está mal - mientras no sea algo que la Biblia prohíba explícitamente - sin embargo, cuando estas cosas toman tal relevancia que no podemos imaginar la vida sin ellas, estamos entrando en un terreno peligroso: la idolatría.

       Muchos podrán pensar que eso es casi imposible en nuestra sociedad.  Lo pensamos porque tenemos en mente la idea de sociedades primitivas que se postraban ante esculturas o personificaciones de deidades.  Sin embargo Tim Keller en su libro Counterfeit Gods: The Empty Promises of Money, Sex, and Power, and the Only Hope That Matters (Dioses Falsos: Las promesas vacías del dinero, sexo, y poder y la única esperanza que cuenta) nos muestra que si bien no nos postramos ante monolitos, ni tótems, es muy fácil caer en idolatría.  Es posible que no la identifiquemos tan fácilmente porque nuestra cultura las ha hecho deseables y apetecibles, aún dentro de las mismas iglesias.  Que lo disfruten. 


      "La Biblia usa tres metáforas básicas para describir cómo la gente se relaciona con los ídolos de su corazón.  Ellos aman a los ídolos, confían en los ídolos, y obedecen a los ídolos.

       La Biblia habla en ocasiones de los ídolos usando una metáfora marital.  Dios debería ser nuestro verdadero Esposo, pero cuando deseamos y nos deleitamos en otras cosas más que en Dios, cometemos adulterio espiritual (Jer 2:1-4:4; Eze 16:1-63; Os 1-4; Isa 54:5-8, 62:5) .  El romance o el éxito pueden volverse 'amantes falsos' que prometen hacernos sentir amados y valorados.  Los ídolos capturan nuestra imaginación, y los podemos localizar poniendo atención a lo que soñamos despiertos. ¿Qué disfrutamos cuando imaginamos?  Buscamos que nuestros ídolos nos amen, que nos aprecien y un sentido de belleza, significado y valor. 

       La Biblia con frecuencia habla de los ídolos usando una metáfora religiosa.  Dios debería ser nuestro verdadero salvador, pero miramos nuestros logros personales o prosperidad financiera para que nos provean de la paz y seguridad que necesitamos (Deu 32:37-38; Jue 10:13-14; 1Sam 15:23; Isa 45:20; Jer 2:28).  Los ídolos nos hacen sentir que tenemos el control, y los podemos localizar poniendo atención a nuestras pesadillas. ¿Qué es lo que más me atemoriza? ¿Qué, en caso de perderlo, haría que la vida no valiera la pena vivir?  Podemos hacer 'sacrificios' para apacentar y complacer a nuestros dioses, a los que creemos que nos protejerán.  Vemos a nuestros ídolos para que nos den un sentido de confianza y seguridad.

       La Biblia también habla de los ídolos usando una metáfora política.  Dios debería ser nuestro único Señor y Dueño, pero lo que amemos y en la que confiemos, también a eso servimos.  Cualquier cosa que se vuelva para nosotros más importante y no negociable que Dios se vuelve un ídolo esclavizador (1Sam 8:6-8, 12:12; Jue 8:23; Rom 1:25-26).  En este paradigma, podemos localizar nuestros ídolos cuando miramos a nuestras emociones más inflexibles.  ¿Qué nos hace incontrolablemente furiosos, ansiosos, o desanimados?  ¿Qué nos carga con culpas que no podemos quitarnos de encima?  Los ídolos nos controlan, porque creemos que debemos tenerlos, de otra manera la vida no tiene sentido. 

      'Cualquier cosa que nos controle es nuestro señor.  La persona que busca poder, es controlada por el poder.  La persona que busca aceptación es controlada por las personas que él o ella quiere complacer.  No nos controlamos a nosotros mismos.  Somos controlados por el señor de nuestras vidas.'

       Lo que muchas personas llaman 'problemas sicológicos' son simples casos de idolatría.  Perfeccionismo, adicción al trabajo, indecisión crónica, la necesidad de controlar la vida de los otros - todos estos son ramificaciones cosas buenas que hemos hecho ídolos que nos llevan al suelo al tiempo que tratamos de tranquilizarlos.  Los ídolos dominan nuestras vidas....

       Más adelante, Keller nos recuerda la esperanza que tenemos.

       ...hay una gran diferencia entre dolor y desesperación, ya que la desesperación es un dolor que no podemos tolerar.  En la mayoría de los casos, la diferencia entre los dos es la idolatría....

       Aunque creemos que vivimos en un mundo secular, los ídolos, los dioses brillantes de nuestra era, tienen el título funcional de la confianza de nuestros corazones...

       El camino que avanza, el que sale de la desesperación, es el de discernir los ídolos de nuestro corazón y nuestra cultura.  Pero eso no es suficiente.  La única forma de librarnos de la influencia destructiva de los dioses falsos es regresar al verdadero.  El Dios vivo, que se reveló a sí mismo en el monte Sinaí y en la Cruz, es el único Señor que, si lo encuentras, puede satisfacerte, y si le fallas, puede verdaderamente perdonarte."
(xxi-xxiv)


      Que todo este año podamos recordarlo cada día. Que nuestros sueños, temores y emociones no se vuelvan nuestros ídolos.  El Dios trino y uno es nuestra única esperanza.  Es reconfortante saberlo, y aún más saber que su amor es tan grande que cuando fallemos - porque todos lo hacemos - nos sigue amando y nos perdona si admitimos y confesamos nuestra necesidad de Él.  Sólo en Él encontramos la verdadera libertad.


      Recordando nuestra verdadera esperanza, 
Guillermo Bernáldez