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septiembre 12, 2017

El gimnasio de Dios


    Buen día, 

en los tiempos que estamos viviendo, podemos encontrar todo tipo de iglesias: pequeñas, grandes, gigantes, virtuales.  Las hay con liturgias tradicionales y contemporáneas.  En realidad, el señor Jesús nos llamó a ser su iglesia, pero no dio instrucciones específicas de cómo hacerlo.  El requisito principal, es que se proclame su evangelio.


     En su libro Church: Why Bother? (Iglesia: ¿para qué preocuparse?), Philip Yancey nos presenta la parte central del evangelio: ¡es un regalo de Dios!  Comúnmente lo conocemos como gracia.  Me temo que muchas veces, aunque repetimos esto, no se ha vuelto una realidad en muchas iglesias.  Por eso me parece pertinente esta reflexión.  Espero la disfruten.

Resultado de imagen para free throw varsity     "El juego crucial está muy cerrado... y siempre parece que la temporada depende de un chico de 18 años que está de pie frente a la línea de tiro cuando queda un minuto en el reloj.

     Se acerca a la línea de tiro y, nerviosamente, bota la pelota.  En el último momento, el equipo contrincante pide tiempo fuera para ponerlo más nervioso.

Resultado de imagen para basketball sidelines squat     Los próximos dos minutos, el jugador que hará el tiro libre se pone en cuclillas a la orilla de la cancha, escuchando a su entrenador, tratando de no pensar en los veinte mil aficionados que están gritando por el tiro que va a hacer.  Sus compañeros de equipo le dan palmadas en la espalda para animarlo, pero él no dice nada.  Él ha practicado cientos de miles de tiros libres durante la temporada, ha anotado tres de cada cuatro.  Pero este tiro es diferente. 

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     Si lo anota, él será el héroe de la escuela.  Su foto estará en la portada del periódico.  Casi podría postularse para gobernador.  Si falla, será señalado come el gran culpable.  ¿Cómo podrá volver a ver sus compañeros de equipo?  ¿Cómo podrá enfrentar la vida?  Veinte años después de ese momento, estará sentado en la oficina de su consejero, señalando este momento como el origen de todos sus problemas.  Regresa a la línea de tiro con la tensión de toda su carrera dibujada en su cara.

Resultado de imagen para biting lower lip nervous boy     Recuerdo que un año salí del cuarto de televisión para contestar el teléfono, mientras un chico se preparaba para tirar.  Había líneas de preocupación en su frente.  Se mordía el labio inferior.  Su rodilla izquierda temblaba.  Veinte mil aficionados estaban gritando, agitando banderas y 
pañuelos para distraerlo.

Resultado de imagen para gatorade pouring     La llamada tomó más de lo que esperaba.  Cuando volví vi algo totalmente diferente.  Este chico, tenía el cabello empapado en Gatorade, estaba en los hombros de sus compañeros.  Cortaba la red del aro de una canasta de baloncesto.  Nada en el mundo le preocupaba.  Su sonrisa llenaba la pantalla de la televisión.  ¡Había encestado!

Resultado de imagen para hard work     Esas dos escenas - el chico agachado en la línea de tiro y el mismo chico celebrando en los hombros de sus amigos - para mí, simbolizan la diferencia entre la ley y la gracia.  Bajo la ley, mi destino cabalga sobre todo lo que hago.  Para complacer a la gente, al entrenador, a los buscadores de talentos - para complacer a Dios - tengo que encestar el tiro.  Mi eternidad depende de ello.  No puedo fallar.

Resultado de imagen para jesus paid     El reino de Jesús nos llama de otra manera, una que no depende de nuestro desempeño, sino el de Jesús. No tenemos que alcanzarlo, sino seguir a Jesús.  Él ya ha ganado por nosotros la costosa victoria de la aceptación de Dios.  Como resultado, la iglesia no debe ser un lugar más para que yo compita y se evalúe mi desempeño.  Como un vestidor deportivo victorioso, la iglesia es un lugar jubiloso, para agradecer y celebrar la excelente noticia de que todo es perdonado, que Dios es amor, que la victoria es segura.  La iglesia es, para el resto del mundo, un faro de gracia, no una fortaleza de legalismo. 

     Esa es la iglesia, al menos, como está descrita en la Biblia. 
pp. 65-67

     ¡Qué alivio encontrar un lugar así!  La iglesia que predica y practica la gracia es un lugar saludable y acogedor.  Además, es lo que la Biblia enseña.  No debe tratarse de una gracia barata, como la que describe Bonhoeffer, esta gracia costó la vida del Hijo de Dios.

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     La gracia, comprendida a la luz de la Biblia, nos permite entender que Dios nos ama y nos acepta como somos.  Cuando lo comprendemos, podemos celebrar y alegrarnos por el gran amor de Dios.  Esta experiencia cambia nuestras vidas.  Somos libres y esta libertad nos permite amar a los demás sin juzgarlos por su desempeño, porque sabemos que nosotros hemos sido perdonados también. 

Guillermo Bernáldez Flores

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